apostacía

Algunas señales de la apostasía en Europa

Algunas señales de la apostasía en Europa

En una visita que hice por España con el P. Gustavo Nieto, IVE pudimos peregrinar a Daimiel, al sur de Madrid. Allí los padres pasionistas tenían un seminario, ahora vacío y trasformado en Casa de Ejercicios Espirituales. Allí, durante la guerra civil española

, un día llegaron los milicianos y les dijeron a los seminaristas que se tenían que ir para donde quisiesen. Los religiosos consumieron las hostias que estaban en el Sagrario; el P. Nicéforo, rector del Seminario, allí mismo les hizo una hermosa admonición y salieron del Seminario en distintos grupos, aunque sabían que igualmente los iban a matar, pero con la esperanza de una posible salvación. Finalmente, al día siguiente los milicianos los agarraron y los fusilaron. A algunos no los llegaron a matar, sino que los dejaron malheridos; pero al poco tiempo de haberse repuesto de las heridas en el hospital, los mataron. Ahí les dieron a todos un tiro de gracia. Uno de ellos, el beato Honorino de la Dolorosa, de 19 años, cuando lo intentaron fusilar la primera vez, le perforaron el hombro, que le dolió muchísimo y sangraba abundan­temente. Lo llevaron al hospital, y allí nadie quería curarlo para no comprometerse. Por lo que estaba ahí, desangrándose en el piso. una de las personas que lo vio, le preguntó si sufría mucho, y respondió «Sí, pero soy pasionista». Un gran ejemplo para el día de hoy.

I

Quiero hablar un poco de la actualidad, haciendo hincapié en esta historia, para tener una idea de los signos de los tiempos. Las cosas no están nada bien y, tal vez, podría estar gestándose una persecución cruenta aquí en Europa. Tenemos el testimonio de varios obispos:

-El primero es del Arzobispo de Madrid; admitió el cardenal Antonio María Rouco Varela, durante un encuentro del movimiento Regnum Christi y de la Legión de Cristo, celebrado en la Universidad Francisco de Vitoria de Pozuelo de Alarcón: «En Europa estamos asistiendo a una crisis de fe gigantesca, a una apostasía silenciosa de la fe que se da en todos los países europeos con mayor o menor intensidad»[1].

-El segundo es el Obispo de Mondoñedo-Ferrol, Mons. José Gea Escolano quien declaró que «la Iglesia no puede callarse ante la degradación moral que el gobierno proyecta para la legislación es­pañola en temas como la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio. Somos concientes que a veces molestamos al hablar, por lo que algunos políticos nos piden que callemos, pero una Iglesia que no hable cuando esto sucede ¿para qué sirve? Porque la Iglesia debe orientar a sus fieles en cuestiones que tocan la fe y la moral»2. Impresiona la vehemencia de los gobernantes en pretender dar estabilidad a algo que, de suyo, se caracteriza por la solubilidad, ya que las uniones homosexuales sólo duran un año y medio: «Mientras en Canadá, en varios estados norteamericanos y en la Argentina se dan medidas para legalizar el llamado “matrimonio” homosexual, un nuevo estudio holandés confirmó que las uniones de homosexua­les duran, en promedio, sólo un año y medio. El estudio de la doctora Maráa Xiridou se basa en los registros sanitarios de jóvenes sodomi­tas atendidos en los Servicios de Salud del Municipio de Amsterdam y fue publicado en la última edición de la revista AIDS»[2].

-El tercero es el Arzobispo de Toledo, primado de España, Mons. Antonio Cañizares Llovera, quien denunció las amenazas que sufre la Iglesia por parte de los poderes y medios de comunicación social, que «están incluso dispuestos a despedazar a la Iglesia» -son pa­labras de él-. Mons. Cañizares explicó que «la Iglesia en su pere­grinar a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI padeció muchas persecuciones y tuvo que lidiar dura batalla contra el poder de las tinieblas, pero nunca tal vez en la historia se vio acosada como en este período»[3]. Como fue el caso de los mártires de Daimiel, de los mártires de Barbastro, y tantos casos. Pero lo que está pasando aho­ra la Iglesia en España es incluso más grave -según el Primado de España- que lo que pasó la Iglesia durante la guerra civil e incluso las otras tribulaciones que ha tenido que pasar la Iglesia a lo largo de la historia.

-El cuarto es el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García- Gasco, quien expresó su preocupación por «el crecimiento de la pla­nificada corriente antirreligiosa y un laicismo intolerante contra los cristianos: el nacional-laicismo», y precisó que el «laicismo intole­rante es como una caricatura de la legítima aconfesionalidad, un prejuicio antirreligioso cuyos promotores primero quieren expulsar la religión de la esfera social y luego eliminarla en el hombre, para que los principios religiosos acaben desapareciendo de la concien­cia humana»[4].

II

También el laicado dio su testimonio:

-En una entrevista del diario italiano Il Messaggero, el escritor Vittorio Messori denunció que en Europa el anticatolicismo ya susti­tuye al antisemitismo. A raíz del caso Buttiglione, señaló que alguien dijo que «los católicos, los fumadores y los cazadores, son las tres categorías que no están protegidas por lo políticamente correcto, y de las que se puede hablar mal libremente». «Gracias a Dios -dijo- el antisemitismo terminó, pero fue sustituido por el anticatolicismo». Según el escritor, «antes, eran objeto de sarcasmo y críticas los negros, las mujeres, los sodomitas o los judíos. Ahora, por suerte, ya no se pueden atacar estas categorías, pero no veo por qué se tiene que injuriar a otras»[5].

-Tras el veto al nombramiento en la Corte Europea del intelec­tual católico y amigo personal de Juan Pablo II, Rocco Buttiglione, el movimiento Comunión y Liberación denunció el «totalitarismo cultural que niega la libertad de conciencia, de pensamiento y de opinión» que, a su juicio, «se va introduciendo en Europa». A través de su Oficina de Información en España, calificó de «peligroso» que Europa «rechace sus raíces judeocristianas, ya que se queda así sin sus propias raíces»[6].

III

Más estridentes aún han sido las declaraciones del Cardenal Re­nato Martino, aparecidas el 19 de octubre de 2004 en el diario Co­rriere della Sera. Este Cardenal es un hombre de gran experiencia diplomática. Fue 16 años representante papal ante las Naciones Uni­das. Ahora fue nombrado por el Papa presidente del Consejo para la Justicia y la Paz. En el día de ayer presentó un libro sobre el Papa y su actividad diplomática en estos 25 años de Pontificado, Giovanni Paolo II e le sfide della diplomacia pontificia, donde están los discur­sos del Papa a los diplomáticos. El Cardenal denunció la existencia de «nuove sante inquisizioni piene di soldi e di arroganza», es decir, nuevas santas inquisiciones, llenas de dinero y arrogancia. «Se puede insultar libremente y atacar a los católicos y nadie dice nada». «Si se hace eso a los de otras confesiones, veremos qué cosa sucede». «Palabras durísimas» y dichas por un Cardenal de la Iglesia en la Sala de Prensa, para que sean publicadas y meditadas.

Y luego dice: «en Europa, un lobby muy rico y potente está contra el Papa», es decir, no quiere que se escuche la palabra del Papa. Dice «lobbie potenti» que están en países continentales, es decir también en Europa, «ricos y de buen pasar». Según el Cardenal a las voces del Papa y de la Iglesia católica «se les hace desaparecer deliberadamen­te, sumergiéndolas en el ruido orquestado por poderosos grupos de presión [lobbies] culturales, económicos y políticos, movidos sobre todo por el prejuicio hacia todo lo que es cristiano»[7].

Es decir que tienen poderes enormes y a priori ya tienen el pre­juicio contra todo lo cristiano católico. Para pensar cómo estos lob­bies promueven la confusión, pensemos en el rol de la identidad del género, cómo buscan destruir el matrimonio entre el hombre y la mujer. Frente a esto, a esta forma de actuar, ellos creen que es lícito el hacer lo que se les ocurra y por eso buscan discriminar e intimidar con presiones públicas, burlándose de la gente, de los católicos. No se quiere de ninguna manera lo católico.

Recuerdo hace un tiempo un obispo de Rusia que llegaba de vuel­ta al aeropuerto de Rusia, en regla, pero le sacaron la hoja donde tenía la visa y no lo dejaron entrar. Después el Papa lo nombró obispo en Polonia e hizo nombrar en esa Diócesis un obispo ruso, con pasa­porte ruso, que era auxiliar en Bielorrusia. Pero mientras tanto, ¿quién levantó la voz, quién dijo algo? No hay un solo poder que se «juegue» por la Iglesia católica, por el catolicismo. Por eso dice el Cardenal Martino: «estamos frente a una democracia mistificada, es una burla de democracia, si no pensás como yo estás afuera, no se acepta tu opinión». Y por eso, comentando estas palabras tan fuer­tes del Card. Martino, Riccardo Pedrizzi, responsable de An para la política de la familia, ha dicho que «ese lobby son los intolerantes y antidemocráticos… hoy los verdaderamente agraviados y agredidos son los cristianos»[8].

En el fondo es un choque entre dos filosofías. Por un lado quien cree en Dios y por otro lado los que postulan el inmanentismo. Pi­damos en esta Misa a Jesús, por medio de la Santísima Virgen, ser fieles, saber que estamos realmente en una situación más difícil de lo que la inmensa mayoría piensa. Y que hay que prepararse para los momentos difíciles que nos puedan tocar, para ser fieles como los santos mártires, que fueron fieles a Cristo hasta el derramamiento de la sangre.

Finalmente, ante Dios, todo esto pesa lo que una tela de araña.


[1]      AICA (Agencia Informativa Católica Argentina, dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina) 2450, 2 de Diciembre 2003, edición impresa.

[2]     AICA 2436, 27 de Agosto 2003.

[3]     AICA 2496, 20 de Octubre 2004, 117.

[4]     AICA 2498, 3 de Noviembre 2004, 205.

[5]     AICA 2503, 8 de Diciembre 2004, 396.

[6]     AICA 2503, 8 de Diciembre 2004, 398.

[7]      Cf. ZENIT, 18 de Octubre 2004, versión española, accesible on line en: |=spanish [visitado el 5/03/2011].

[8]     Corriere della Sera, 19 de octubre de 2004.