La vida consagrada pertenece a la vida, a la santidad y a la misión de la Iglesia. (en la Vitae consecrata)
«La presencia universal de la vida consagrada y el carácter evangélico de su testimonio muestran con toda evidencia —si es que fuera necesario— que no es una realidad aislada y marginal, sino que abarca a toda la Iglesia… Seguir leyendo
La vida consagrada por los consejos evangélicos alcanza su sentido en una especial relación de amistad con Jesús ya que reproduce en el tiempo su forma de vida. Esto exige una especial transformación interior, un compromiso de identificación interior con Jesús, en un proceso totalizante que debe llevar a la plena adhesión y conformación con Jesús.
Así, como en el sistema planetario, todo gira alrededor del sol, en el orden de la gracia, todo gira alrededor de la gracia de la cruz de Cristo, el Sol de justicia.
Nada hay en el mundo más grande que Jesucristo, y nada hay en Jesucristo más grande que su cruz Seguir leyendo
El beato Ramón Llull, al comentar la fealdad de la lujuria, acude en seguida a contraponerla con la virginidad de María, de la que el poeta llama “dolça dona d’amor”: Seguir leyendo