1. Introducción
«¿Qué es exactamente Rusia? ¿Qué es hoy? Y también (lo cuál es todavía más importante), ¿qué será mañana? ¿Quién se incluye en la futura Rusia? ¿Y dónde ven los rusos las fronteras de Rusia?» [1] (Alexandr Solzhenitsyn).
Rusia (nombre oficial, Rossijskaja Federačija, Federación Rusa), es una enorme república que se extiende por Europa oriental y el norte de Asia, establecida en diciembre de 1991, en la que se integran 20 repúblicas federadas de base étnica, 10 circunscripciones autónomas de base étnica, 49 regiones administrativas, 1 región autónoma de base étnica, 6 territorios administrativos y las ciudades de Moscú y San Petersburgo, que poseen rango federal. La actual Rusia fue en su día la República Socialista Soviética Federada de Rusia (RSSFR), integrada en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En términos de extensión geográfica, se trata del país más grande del mundo, con una superficie de 17.075.200 Km2, o lo que es lo mismo, más de una novena parte de la superficie del planeta. De norte a sur, abarca más de 4.000 Km. De este a oeste, la distancia máxima es de casi 10.000 Km. Tiene 11 husos horarios (o sea, 11 horas distintas), en USA hay sólo 3 husos.
Rusia tiene frontera con más países que ningún otro. El extremo suroccidental de Rusia linda con la zona nororiental de Corea del Norte. Al sur, limita con China, Mongolia, Kazajstán, Azerbaiyán, Georgia y el mar Negro; al suroeste, con Ucrania, al oeste con Polonia, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia, el golfo de Finlandia y Finlandia, y al noroeste con Noruega.
Las islas más importantes están localizadas en aguas del Ártico y del Pacífico. En el océano Glacial Ártico se encuentran la Tierra de Francisco José, formada por unas cien islas.
Rusia puede dividirse en tres vastas regiones geográficas: la Rusia europea, que abarca el territorio que se extiende al oeste de los montes Urales; Siberia, que desde los Urales se prolonga hasta casi el océano Pacífico; y el Extremo Oriente (o Rusia oriental), que engloba la parte más suroriental del país y la franja costera del Pacífico.
2. Riquezas naturales
«La tierra ha recibido para algo la propiedad maravillosa y bendita de fructificar. Aquellos que no son capaces de recibir esta propiedad de la tierra están perdidos. La tierra reviste para el ser humano un significado no sólo económico sino también moral» (Alexandr Solzhenitsyn)[2].
La mayor parte de Rusia se extiende al norte del paralelo 50. Los recursos agrícolas están condicionados por el clima y, en menor medida, por los suelos. No obstante, la inmensidad del territorio y sus diferentes formaciones geológicas aportan una fuente de recursos minerales única en el mundo.
La frontera meridional de la Rusia europea comprende la joven cordillera del Cáucaso de gran actividad sísmica, que se extiende entre el mar Negro y el Caspio. El Gran Cáucaso alcanza su cota más alta en el Elbrús (5.642 m), un volcán ya extinguido y el pico más alto de Europa.
Rusia tiene la línea de costa más larga del mundo; se extiende más de 32.180 Km. a lo largo de los océanos Glacial Ártico y Pacífico.
El río más largo es el Lena con un recorrido de 4.400 Km. desde el norte a través de Siberia y Rusia oriental, hasta su desembocadura en el océano Glacial Ártico. El cuarto es el Volga con una longitud total de 3.700 Km., lo que lo convierte en el río más largo de Europa.
El mar Caspio, al sur, tiene unos 371.000 Km2, superior a la de cualquier otro lago del mundo. El segundo en dimensión es el lago Baikal, con una superficie total de 31.500 Km2. Es el lago de agua dulce más profundo y de mayor capacidad del mundo, con una profundidad máxima de 1.637 m y un volumen de agua de unos 23.000 Km3, se ha estimado que este lago contiene aproximadamente una quinta parte del agua dulce del planeta.
Las condiciones climáticas de Rusia son verdaderamente severas. Los inviernos son largos y fríos, y los veranos, cortos y relativamente frescos. Durante la estación invernal, el océano Glacial Ártico está helado hasta la altura de la costa. En las regiones septentrionales, especialmente hacia el norte de Moscú, son frecuentes los cielos constantemente cubiertos, particularmente durante el invierno, fenómeno que los rusos han denominado pasmurno, que podría traducirse como ‘tiempo triste y gris’. Moscú en diciembre, por ejemplo, tiene un promedio de veintitrés días de cielo completamente cubierto.
Las precipitaciones anuales en casi todas las regiones del país son muy escasas.
Las temperaturas son extremas. Las más bajas del invierno se dan en Siberia oriental. Verjóiansk, en el extremo nororiental de Siberia, es conocida como el «polo frío del mundo»: en enero la temperatura alcanza un promedio de -48,9 º C, aunque se han obtenido mínimas de -68 ° C.
La vegetación y los suelos de Rusia guardan relación con las diferentes zonas climáticas del país. Al norte se extiende la tundra, con musgos, líquenes y abedules enanos. El permafrost o suelo permanentemente helado, es característico de esta región, incluso durante el verano. Los bosques cubren el 49% del suelo ruso –una cuarta parte de los bosques mundiales– la mayor parte pertenecen a la zona asiática. Se destacan las coníferas, el abedul, el álamo blanco, el sauce, el roble, el haya, el arce y el carpe.
La fauna es abundante y variada en toda Rusia. La vida salvaje comprende osos polares, focas, morsas, zorros polares, renos y liebres blancas, el búho blanco, la gaviota, el pájaro bobo, gansos, cisnes y patos. Los ríos son ricos en peces. También encontramos al alce, oso pardo, reno, lince, a la marta cibelina, al ruiseñor. Los bosques de árboles de hoja ancha dan cobijo a jabalíes, ciervos, lobos, zorros, visones y a una gran variedad de aves, serpientes, lagartos y tortugas. Los bosques de la Rusia oriental son conocidos por la presencia, entre otras especies, de los famosos tigres del Ussuri, además de leopardos, zorros y ciervos entre otros tantos.
Rusia tiene las reservas minerales más grandes del mundo y es especialmente rica en combustibles fósiles. Según estimaciones, el país cuenta con un tercio de las reservas conocidas de carbón y probablemente cuente también con la mayor del petróleo. Rusia es también el primer país en la explotación de metales no ferrosos, a excepción del aluminio.
3. Población
«De todas formas, todavía forman parte de Rusia más de cien pueblos y nacionalidades, desde las más pequeñas hasta las no tan pequeñas. Y desde este umbral, podemos y debemos mostrar ante todo gran sabiduría y bondad. A partir de ahora debemos aplicar toda la fuerza de nuestra inteligencia y de nuestro corazón, para crear una convivencia fructífera de naciones amigas, asegurando la integridad de cada una de las culturas que abarcará, así como la conservación de casa una de sus lenguas[3]… Cada pueblo, incluso el más pequeño, es una faceta irrepetible de la creación divina. En su transposición del mandamiento cristiano, Vladimir Soloviov escribió: Ama a todos los demás pueblos como al tuyo propio» (Alexandr Solzhenitsyn)[4].
Con una población estimada en 2006 de 142.893.540 habitantes, Rusia es (después de China, India, Estados Unidos, Indonesia y Brasil) el sexto país más poblado del mundo. En el país coexiste una de las mayores variedades de nacionalidades y grupos étnicos del mundo, más de cien nacionalidades conviven en Rusia, que se convierte así en uno de los mayores estados multiétnicos y plurinacionales del mundo, aunque los rusos constituyen la nacionalidad predominante. La densidad de población de Rusia en 2006 era de unos 8 hab/Km2, aunque su distribución es bastante desigual ya que algo más de un tercio del territorio nacional cuenta con menos de 1 hab/Km2.
Un 73% de la población de Rusia vive en las áreas urbanas a pesar de los intentos, durante el periodo soviético, de limitar la concentración de población en los centros urbanos. Hay trece ciudades con más de un millón de habitantes; la mayoría de estos centros urbanos se localizan en la Rusia europea. La ciudad más grande es Moscú, la capital, que cuenta con una población de más de 10 millones de habitantes (2002); San Petersburgo, ubicada en el golfo de Finlandia, que fue la capital nacional de 1721 a 1918 y es un importante centro industrial y portuario con una población de 4,6 millones de habitantes; la tercera ciudad es Nizni Nóvgorod, el mayor núcleo urbano junto al río Volga e importante centro de construcción naval y de automoción, con una población estimada de 1.311.200 habitantes.
En Rusia se hablan más de cien lenguas y algunas repúblicas han declarado sus propias lenguas locales como oficiales. No obstante, la lengua rusa es la que más se habla en el sector de los negocios, la administración y la educación.
La práctica de la religión ha estado controlada por el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), siendo incluso perseguida durante casi siete décadas; ello ha provocado la aparición de numerosos credos, sectas y confesiones religiosas desde la disolución de la URSS. Los misioneros y otros proselitistas han conseguido la introducción en Rusia de una amplia variedad de credos religiosos y nuevas filosofías de vida. El restablecimiento de la religión como tal ha motivado el resurgimiento de las religiones tradicionales, en particular la de los cristianos ortodoxos junto con otras formas de cristianismo, islamismo, budismo y judaísmo. Los musulmanes y budistas residen en áreas específicas: los primeros se concentran en las repúblicas del norte del Cáucaso y la región del Volga medio, mientras que los budistas se aglutinan en la República de los Calmucos, en la costa noroccidental del mar Caspio. En contraste, los judíos y los cristianos no ortodoxos están dispersados por todo el territorio nacional.
La fe ortodoxa fue adoptada en el siglo X por los eslavos del este gracias a la actividad de misioneros procedentes del vecino Imperio bizantino y es la práctica religiosa mayoritaria del país. Alrededor de 37 millones de personas (esto es, una cuarta parte de la población) profesaban la religión ortodoxa a principios de la década de 1990. Los no creyentes ven con respeto una Iglesia que es símbolo de la herencia y cultura rusas. Los días de fiesta ortodoxos están regulados por el gobierno y los mismos dirigentes políticos participan en las fiestas eclesiásticas. Durante su presidencia, Boris Yeltsin se reunió en repetidas ocasiones con el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alexei II, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, la cual conserva un papel importante en la sociedad postsoviética a pesar de estar dividida: una facción antisemita, de gran repercusión nacional y muy intolerante, está en oposición a todas las otras facciones más tolerantes, orientadas hacia propósitos ecuménicos extensibles a todo el mundo. Los puntos de controversia a los que ha tenido que hacer frente a la Iglesia ortodoxa rusa son la resurrección de la Iglesia uniata de Ucrania, que adopta los mismos ritos ortodoxos pero reconoce la supremacía del Papa de la Iglesia católica, y el establecimiento de iglesias ortodoxas independientes en las antiguas repúblicas soviéticas.