huerto cerrado

Huerto cerrado y fuente sellada I

‘Huerto cerrado y Fuente Sellada’ (I)

          Entre tantas bellas imágenes que nos trae el Cantar de los Cantares, en especial, hay dos que tienen una plasticidad tal y una alteza de simbolismo místico que son dignas de señalar. Ellas son: El Huerto cerrado y la Fuente sellada, que se refieren a Jesucristo, Esposo, y la Iglesia –Cuerpo místico de Cristo–, su Esposa; Jesucristo y  la Virgen María[1]; y Jesucristo y la virginidad consagrada –a las Esposas de Jesucristo–.

Agradezco la ayuda que nos dio el Padre Gabriel Romanelli, IVE, misionero en Tierra Santa.

I.               Ubicación geográfica [2]

1- Qal’at al-Burak [3]

Sobre la ruta que va de Jerusalén en dirección a Hebrón, a poco más de 12 kms. de Jerusalén, después de una gran curva a la izquierda aparece el Qal’at al-Burak (El Castillo de las Piletas o Piscinas), un castillo turco rectangular, franqueado de una torre en cada ángulo, construido en el s. XVII[4] para alojar el destacamento militar –los bachibuzuks o gendarmes turcos[5]- que protegían las piletas de Salomón. Es una “especie de alcazaba o parador de viajeros”[6].  Allí se abre, a la izquierda, un camino que va bordeando el valle fertilísimo de Etam, circundado de colinas áridas, que desciende hacia oriente, a Ortás, y que recuerda el ambiente del Cantar de los Cantares.

2- Fuente Sellada (Fons signatus)

A unos 120 metros hacia el oeste del castillo  de al-Burak  se encuentra el 1er. manantial, una abundante fuente de agua: “Ain Saleh (=Fuente Buena o Manantial Bueno) Ras el Ain (= la Cabeza o Principio de la fuente surgente)”, conocida por los peregrinos cristianos como Fons signatus‘Fuente sellada’[7], que mana bajo tierra[8]. Se encuentra en latitud: 31° 41’ 27.74’’ N y longitud: 35° 09’ 58.50’’ E; a una altura sobre el nivel del mar de, aproximadamente, 802 m. Es notable por la calidad y cantidad de sus aguas. Se trata efectivamente de una fuente cubierta cuyo conducto subterráneo termina, parte, en las piletas de Salomón dando vida a todo el valle. Antiguamente otra parte del agua era llevada hasta a Jerusalén[9].

Para llegar a la fuente, describe su experiencia el Padre Meistermann[10], “Bájase a ella por una pequeña puerta que el guarda del castillo abre gustoso a cambio de un ligero bajxix[11], y da a una escalera, sin pasamano, de 26 escalones[12], que baja a una primera cámara construida con hermosas piedras labradas y protegida por una bóveda de arco completo. El centro de este subterráneo, de 12 m. de largo y de 4 a 5 de ancho, lo ocupa un recipiente rectangular. A la derecha se abre una segunda cámara más pequeña, pero de igual construcción que la precedente. En el fondo de la misma, hacia el oeste, brota un manantial de agua fresca y límpida del seno de la roca viva por cuatro hendiduras, y se precipita en un pequeño recipiente[13], desde el cual fluye hacia el recipiente de la cámara primera[14].

Como ya hemos señalado, el manantial se halla a unos 802 m. sobre el nivel del mar. Esto sería a unos 50 m. sobre el de la explanada del templo de Jerusalén. Dicha fuente es el En-Etam[15] del Talmud de Babilonia, “que aprovisionaba el templo de Salomón”; no obstante, los rabinos la confunden sin razón en otro pasaje, con el En-Nephtoah (Ain Liftah) de la Biblia”[16]. Después de arribar al recipiente rectangular, las aguas de la ‘Fuente Sellada’ salen de la cámara grande subterránea a través de un acueducto excavado en la roca y transporta el agua hasta un aljibe cercano al ángulo SO del castillo al-Burak. Dicho aljibe se encuentra en una sala subterránea con bóveda, se accede al mismo por unas escaleras [Ver Fig. 1, n 3]. Más adelante, entre la 1ra. y 2da. Pileta, las aguas se mezclarían con las de un 2do. manantial [Ver Fig.1, n 4] que parece nacer allí mismo al SE de la fortaleza turca, luego se las derivaba en parte hacia Jerusalén y en parte se las derivaba hacia las piscinas de Salomón. Ahora se  las deriva todas hacia el valle del Huerto Cerrado.

Sería muy hermoso poder levantar allí, donde está la ‘Fuente Sellada’, un hermoso Santuario, en honor de la Iglesia Católica, de la Virgen María y de la virginidad consagrada y en recuerdo de los Papas peregrinos a Tierra Santa.

3. Región de Etam

El llamado canal herodiano [Fig. 4, n. 10] llegaba hasta el Templo de Jerusalén, todavía hoy se pueden ver trazos a ambos lados de la cisterna llamada del Sultán =Birket es-Sultan, (por Solimán el Magnífico, s. XVI), afuera de la puerta de Jafa (saliendo hacia la izquierda en dirección a Belén, a unos 300 m.) y a lo largo del muro meridional de Jerusalén.

En el 195 d.C. los ingenieros de la Xª Legión construyeron un segundo acueducto a nivel más alto [Fig. 4, nn 13 y 14] para llevar agua a la Ciudad alta de Jesuralén, al lado de la Aelia Capitolina. La galería “se encuentra perforada con cerca de 50 pozos cuadrados (algunos visibles en los campos) que son utilizados por los agricultores y dan al wadi su nombre de «Valle de los Pozos» (Wadi el-Bijar)[17]. El fin de la galería es recoger agua suplementaria de las capas de agua; esta (la galería) reproduce el sistema qanat de Persia, que los romanos copiaron a lo largo de todo el imperio”[18].

En lo alto de una colina de forma cónica hay ruinas importantes de una antigua ciudad[19] [Ver Fig. 4, n 12]. Desde allí, hacia el este, el fondo del valle es un largo huerto o jardín. Es la región de Etam, que, según Flavio Josefo, representante de la antigua tradición judía, servía de lugar favorito de recreo al rey Salomón. Dice: “Salomón escoltado de sus guardas armados y provistos de arcos, sentado en un carro y cubierto con un manto blanco, acostumbraba salir de Jerusalén al amanecer. El rey tenía una región a la distancia de 2 schenas (unos 11 km[20]), llamada Etam; llena de atractivos y fertilidad, gracias a sus jardines y a la abundancia de sus aguas corrientes. A dicho lugar era donde se hacía transportar Salomón”[21].

El Talmud hace remontar a este gran monarca la creación de las primeras obras hidráulicas de Etam: “Un acueducto que de Etam lleva (el agua) al Templo”[22]. Como sugiere el misionero apostólico ya citado, Meistermann: “Si Roboan, hijo y sucesor de Salomón[23], fortificó la ciudad (cfr. Jos 15,59 gr.; 1Cr 4,3; 2Cr 11,5-6[24]) que domina el valle, tal vez el destino de esa plaza fuerte no era otro, en una tal época, que el encomendado en el s. XVII al Qal’at al-Burak”[25], es decir, el cuidado de las abundantes aguas que fecundando el Valle, daban también vida a Jerusalén. Fra Lavinio en su obra de 1870 escribe: “Roboan, hijo de Salomón y rey de Judá, después que diez tribus de Israel se retirasen debajo de su obediencia para someterse a Jeroboam, que comenzó a llamarse rey de Israel, edificó una ciudad sobre la colina de Etam, dándole el mismo nombre”[26].

Es verosímil que Salomón se refiera a los jardines y manantiales de Etam, cuando, hablando de su predilecta le dice:

“Huerto eres cerrado,

hermana mía, novia,

huerto cerrado[27],

fuente sellada[28].

Tus brotes, un paraíso de granados,

con frutos exquisitos:

nardo y azafrán,

caña aromática y canela,

con todos los árboles de incienso,

mirra y áloe,

con los mejores bálsamos.

¡Fuente de los huertos,

pozo de aguas vivas…!” (Ct 4,12-14).

Aún es más probable que Salomón tenga a la vista este mismo valle, al decirnos:“Emprendí mis grandes obras; me construí palacios, me planté viñas; me hice huertos y jardines, y los planté de toda clase de árboles frutales. Me construí albercas con aguas para regar la frondosa plantación” (Ecle 2,4-6). “También fue transformado en jardín, y hasta recibió el nombre de Jardín del rey, el triángulo formado por la conjunción del valle de la Gehenna y del torrente Cedrón. Sólo que éste tenía una extensión limitada en extremo y estaba regado únicamente por las aguas salobres de la surgente intermitente de Roghel, de escaso débito. Así que un tal jardín, no podía por sí solo constituir un título de gloria para el constructor del Templo de Jerusalén; siendo por otra parte, difícil encontrar en este sitio lugar suficiente para ‘los jardines, los bosques y las albercas’ de que habla el texto sagrado”[29]. En la actualidad se puede entrar a la página Web del ‘Google Earth’ y ver toda la zona desde la altura. Asimismo haciendo centro en la ciudad de Jerusalén se recorre todos los alrededores a unos 11 km. de distancia –tener en cuenta que la medida en la Web es en línea recta- y el único lugar que se adapta a las descripciones es el valle de Ortás. El único lugar que tiene depósitos de agua para más de ¡20 millones de litros!

4- Las piscinas (piletas=reservorios=estanques=recipientes=depósitos=albercas= cisternas= represas= receptáculos) de Salomón[30]

 Tres son las grandes piscinas verdaderamente grandiosas, que se suceden descendiendo en planos diferentes hacia el valle de Ortás [Ver Fig. 4, nn. 4, 5 y 6]. Fueron hasta hace poco tiempo de vital importancia para abastecer de agua a Jerusalén. Constituye una de las áreas más altas que cuenta con las más importantes fuentes de agua cercanas a Jerusalén.

La primera piscina mide 116 m. de largo por 70 m. de ancho por término medio, con una profundidad de 7 m. La sostienen en el interior robustos contrafuertes. Se desciende a ella por una escalera en el ángulo SE.

La segunda, la del centro, un poco más abajo, a unos 49 m. Está en parte excavada en la roca y en diferentes gradaciones superpuestas unas a otras, lo que hizo superfluos los contrafuertes. Tiene 129 m. de largo por 70 m. de ancho, y 12 m de profundidad. Puede descenderse a ella por dos escaleras, situadas en los ángulos NO., por donde entran las aguas de la fuente, y NE. Ha sido datada por el arqueólogo Amihabi Mazar entre los siglos II y I a.C., cuando los asmoneos construyeron el acueducto[31].

La pileta inferior, la tercera, a unos 45 m. de la precedente, tiene una longitud de 177 m., y una latitud de 83 m. en la extremidad occidental y de 45 m. en la opuesta, y una profundidad máxima de 15 m. Tiene, por dentro, varios contrafuertes. Al NE., hay un pasadizo que se interna en un enorme muro de contención y va a dar a una cámara de arco completo, dentro de la cual mana un 3er. manantial [Ver Fig. 4, n 7] que ofrece su tributo al recipiente. Al S. se ve una abertura que da paso a un canal tosco a cielo abierto [Ver Fig. 4, n 9].

Además de las aguas de los manantiales, las piscinas se llenaban con el agua pluvial que se escurre por las laderas de los montes circundantes[32].

Las tres piletas fueron muchas veces restauradas. Están a unos 765 m. sobre el nivel del mar y, también recogían aguas de otras fuentes: como la de Fureidis y la que viene de la piscina del Wadi Arrub, a unos 10 km. al S. de los estanques y que, sin embargo, recorría más de 45 km. hasta llegar porque iba bordeando por los cerros bajando a razón de un metro por 1 km. de recorrido  (probablemente desde esta fuente Pilatos construyó el gran acueducto que pasaba por Tecoa, Belén, Sur Baher, Jerusalén; en 1918 se sustituyó por caños de hierro fundido[33]); también, llegaban las aguas de Quweiziba y El-Dible.

Desde hace más de 2000 años que sus aguas riegan el Wadi[34] Ortás (El Huerto cerrado) y llegaban hasta el Templo de Jerusalén por medio de canales y túneles, que según Mazar se cita en el Talmud En cuanto a la antigüedad de las piscinas, no sería anacrónico atribuirlo a época salomónica, en efecto, sabemos por la Biblia que las ciudades de Jerusalén[35], Gabaón[36], Hebrón[37], Samaría[38], etc. estaban provistas de albercas ya en tiempos de David, padre de Salomón.[39]

5- ‘Ain Attan

Siguiendo un acueducto en dirección SE. del tercer estanque, se llega a un 4to. manantial llamado ‘Ain Attan [Ver Fig. 4, n 8]enclavado en una cámara abovedada, al igual que Ain Saleh o Ras el Ain. Esta agua es tenida por la mejor de todas las  fuentes del valle.

6- Ortás (Urtas o Artás o Huerto cerrado)

Al fondo del valle se encuentra la población de Urtas (Ortás ó Artás =Jardín, Huerto…), donde entre el verde de las plantaciones se eleva elegante, sobre la ladera oriental del valle, el Santuario[40] de Nuestra Señora del Huerto[41] (o sea, del Jardín) con su hermosa cúspide, que hizo construir un uruguayo, Mons. Mariano Soler, Obispo de Montevideo, quien recibió para ello mucha ayuda del pueblo argentino. Lo atienden fielmente las religiosas de ‘las hijas de María Santísima del Huerto’, desde 1901[42].

Antes de la construcción del santuario, el ya citado Fra Lavinio escribía: “Estos huertos, que producen toda suerte de frutas y de legumbres, que se van a vender a Belén y a Jerusalén, pertenecen a los habitantes del pueblito; pero el más grande y más cuidado es propiedad de un europeo, de un cierto Mesullam, que de hebreo se hizo protestante, persona muy gentil en acoger a los que están de paso y que van a ver el jardín, enriquecido por él de plantas útiles provenientes de todas las partes de Europa. Él, en el 1860, descubrió en la extremidad este de su jardín un piso en mosaico varios pedazos de columnas y capiteles de estilo corintio, así como una antigua cisterna, que parece que sirvió para uso de baños. Se supone que en este lugar Salomón tuvo un palacio.”[43]

Mons. Soler cuenta que una vez al escuchar la antífona “‹Hortus Conclusus, o Maria…›, exclamó: He aquí la sede clásica, propia y natural de María del Huerto. Este lugar la reclama como su más hermoso símbolo”[44].

El proyecto del Santuario fue, como afirma Mons. Soler, “una obra bendecida y aplaudida por el sabio Papa León XIII”[45]. Monseñor compró el terreno en 1894, y construyó allí el templo dedicado a la Virgen María y las instalaciones del Convento y de las obras de Caridad a él anejas (Educación de niñas, cuidado de enfermos, etc.)[46].

Nuestros misioneros en Tierra Santa estuvieron 7 años viviendo en la portería del Santuario, sobre la ladera occidental del valle, en el extremo del viaducto que cruza el valle hasta llegar al Santuario. Allí tuvimos oportunidad, con ocasión de predicar Ejercicios Espirituales en 1997, de gozar de la amenidad inconmensurable del lugar en nuestras eutrapélicas ‘Pros’, en muchas noches serenas bajo el terciopelo del cielo descubierto, cuajado de seráficas estrellas, sumergidos en el hechizo de los ruidos de la noche, los perfumes deliciosos que exhalan los más variados azahares, capullos, flores y frutos que derraman sus cálidos aljófares, el gárrulo musical de las distintas corrientes de aguas, que describe muy bien Meistermann: “La naturaleza del suelo, la alta temperatura de la región protegida de los vientos por las montañas que allí concentran, por reverberación, el calor, y, antes que nada, la gran abundancia de aguas [los tres Estanques podían contener mas de 20 millones de litros de agua][47], dan al Valle Ortás una fertilidad prodigiosa[48]. Sus terrenos abundan en toda clase de legumbres cultivadas con el más lisonjero éxito: Se han obtenido en el solo curso de un mismo año, en un mismo terreno, hasta 5 recolecciones de patatas. Los huertos, con sus muchas especies de árboles frutales, lo convierten en un lugar delicioso. Hoy día, aún, entre los árabes se le da el nombre de Bostán Suleimán (= Jardines de Salomón)”[49].  También llamado “Paraíso de Salomón”[50]. Hacer la experiencia del ‘Huerto cerrado’ es algo inolvidable.

Las breves páginas del Cantar nos hablan de más de 20 especies distintas de plantas y otro tanto de los animales[51], acerca de los cuales el Rey sabio estaba íntimamente familiarizado, como enseña la Escritura: “Trató sobre las plantas, desde el cedro del Líbano al hisopo que brota en el muro; disertó también sobre cuadrúpedos, aves, reptiles y peces” (1 Re 5,13). El estilo del Cantar, en su conjunto, es “del más puro hebreo de la mejor época”[52], digno consecuentemente de la edad de oro de la literatura hebraica; digno por tanto de Salomón, que fue un gran poeta (cfr. 1 Re 5,12).

Mons. Soler cita en su libro[53] al presbítero catalán Jacinto Verdaguer, famoso escritor, quien afirmaba del Hortus Conclusus: “El murmullo de las aguas, el rumor de las hojas, el concierto de los pájaros, en que [no][54] echo de menos la voz del ruiseñor; la dulce soledad y el enjambre de imágenes inas que la pueblan, hacen de este sitio el más delicioso de Palestina.”[55]

El pueblo de Ortás de unos 1.000 musulmanes está escalonado sobre la pendiente occidental de la montaña. Al pie del pueblo brota un 5to. manantial muy abundante llamado ‘Ain Urtas[56].

Hubo algunos que databan el escrito del Cantar como muy posterior por razón de que hay algún neologismo y aramaísmo. Vale para esto lo que se debe responder a los que afirman lo mismo respecto al Eclesiastés (Qo), como indica Fillion: «Los neologismos que se señalan son en muy pequeño número, y ellos se explican suficientemente por el carácter filosófico del escrito; además, no es seguro que sean verdaderos neologismos y que hayan sido desconocidos e insólitos antes de Salomón. En cuanto a los aramaísmos, después de haber citado inicialmente una larga lista (se llegó hasta una cifra de 90) nuestros contradictores fueron obligados a reducir singularmente el número (alrededor de 20), y aún muchas de esas expresiones son comunes a todos los dialectos semíticos, de suerte que ellas [las expresiones] pueden muy bien remontarse a mucho antes que Salomón; en fin, las relaciones comerciales u otras que este príncipe tuvo con los sirios y los caldeos justificarían ampliamente la inserción de locuciones arameas en el hebreo de su tiempo”[57].

Es claro imaginarse que nuestros hermanos sofistas, los racionalistas bíblicos, ante un valle con fertilidad bíblica, cinco manantiales con agua abundante, tres estanques espectaculares, un sensacional microclima, colinas fortificadas, múltiples canales, flora y fauna especiales, rodeados del desierto, perfumes y céfiros… se les mezcle en sus cabezas todo y acudan con angustia a sus seguridades esenciales:

1ro. La Biblia siempre se equivoca porque no está inspirada por Dios y si algún documento extrabíblico confirma un hecho bíblico, también, por este mismo motivo, se equivoca el documento extrabíblico.

2do. Lo histórico que aparece en la Biblia es leyenda, a lo más puede haber un ‘carozo’ histórico, que es como el ‘carozo’ de la banana (y ¡andá a encontrarlo!).

3ro. Sólo ellos y únicamente ellos, son los ‘gurús’ de la Biblia e interpretan con la misma autoridad que los fariseos, el pasado, el presente y el futuro que la constituye, según su esclarecida subjetividad.

Según esta mentalidad[58], allí nunca estuvo Salomón, menos aún escribió el Cantar de los Cantares –que tal vez nunca se haya escrito-, es mucho de alabar el Castillo al-Burak de los turcos aunque está semiderruído (pero sobre todo porque es turco, no bíblico), los manantiales son un invento de la comunidad primitiva, los estanques no sirvieron para nada, alguno podría, desvariando, aventurar que era el lugar de encuentro de la “Gay Pride March” de la época con la bandera de Noé, afirmarán que  no hay en el texto ni atisbos de la excelencia de la virginidad, ni nunca llegó de allí el agua a Jerusalén, la frutería y verdulería al por mayor que es el valle está traspolado de ‘Las mil y una noches’, el género pseudo epigráfico así lo confirma y se debe a la tropical mentalidad oriental, y como “¡La Bible c’est moi!”[59], como dicen con sus obras los racionalistas y docetistas bíblicos, ningún razonamiento los podrá jamás convencer. Eso sí, si los sionistas o los islámicos algún día nos roban el Santuario del Huerto, todas estas teorías las podrán dar vuelta como un guante, por arte de su magia progresista.

Es de desear que así como se llegó a revalorizar lo positivo de la religiosidad popular luego de atacarla sin piedad, se empiece a respetar el sentido sobrenatural e histórico del pueblo cristiano sencillo, que suele ser más verdadero que el de aquellos que se dejaron hinchar por una vana ciencia.


[1] Cf. José María Hermo, Guía del Peregrino en Tierra Santa, o sea Reseña Religioso Histórica de la Palestina, Tipografía de los Padres Franciscanos, Jerusalén 1888, 245; Cf. Mons. Mariano Soler, Santuario de Nuestra Señora del Huerto en Ortás a inmediaciones de Belén, Tipografía de Marcos Martínez, Montevideo 1906, 5: “El delicioso paraíso, denominado Hortus Conclusus de Palestina, es figura de María, según lo enseñan los mejores intérpretes, como San Jerónimo y San Bernardo”; San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, 5 y 263), entre muchos otros.

[2] Ver fotos en http://www.iveroma.org/GALERIAS/fonssignatus/ ; ver Fig. 1.

[3] Claudio Baratto, Guida di Terra Santa, Custodia di Terra Santa; Gerusalemme – Milano 1999, 176-177; Paolo Acquistapace, Guida biblica e turistica della Terra Santa, Milano 31997, 145-147.

[4] Fra Lavinio da Hamme, quien fue el que condujo por primera vez a Mons. Mariano Soler al Hortus Conclusus (Cf. Mariano Soler, Santuario de Nuestra Señora del Huerto en Ortás a inmediaciones de Belén, 6), pone en su Guía como algo posible que el Castillo hubiese sido construido en el Siglo XIV por Kalaun, el cual habría restaurado el acueducto usando tubos de terracota. (Cf. Lavinio da Hamme, Guida indicatrice dei Santuari e Luoghi Storici di Terra Santa, Stabilimento Tipografico Antonelli, Venezia 1870, 349). De la misma opinión es Fra Hermo, poniendo como fecha probable “a principios del siglo XIV” (José María Hermo, op. cit., 246).

[5] “Que no tienen otra cosa que hacer que custodiar el agua de la Fuente Sellada y cuidar el camino que desde Hebrón va a Jerusalén”, Lavinio da Hamme, op. cit., 348.

[6] Francisco Quecedo Ortega, Palestina y el Próximo Oriente, Granamérica Medellín 1950, 444.

[7] Ver Fig. 2 y 3; “Fuente Sellada, llamada así por Salomón (Ct 4,2: Fons Signatus)”, Lavinio da Hamme, op. cit., 348.

[8] A unos 7 metros de profundidad en relación al nivel del terreno que se encuentra sobre la surgente; a unos 5 metros de profundidad en relación al nivel de la puerta de ingreso a las cámaras.

[9] En la actualidad Jerusalén es abastecida de otro modo. Incluso en alguna zona del pueblo de Ortás y de la zona habitada del Khader (alrededor de la misma Ain Saleh, en dirección NO. respecto a la misma), y según el testimonio de gente del lugar, se abastecen además con aguas de otras fuentes, por ejemplo, de Tekoa. Las aguas delFons Signatus hoy se usan sobre todo para parte del cultivo del Valle y de los terrenos más cercanos que rodean la Fons. De hecho del pequeño ingreso a las cámaras de la Fuente, sobre la misma escalera de ingreso, salen muchos tubos de agua -lo cual dificulta el ingreso- que irrigan los huertos aledaños.

[10] Bernabé Meistermann, OFM, Nueva Guía de Tierra Santa, Vich 1908, 287. < id=’ftn11′>

[11] Hoy en día parecería que está siempre abierta.

[12] Escalera en forma de ‘ele’, baja en dirección oeste, y a los pocos escalones se encuentra un descanso, en donde la escalera cambia la dirección hacia el sur.

[13] Es el recipiente circular que aparece en Fig. 2, en la zona de la cámara pequeña o segunda.

[14] Es el recipiente rectangular que aparece en Fig. 2, en la zona de la cámara grande o primera.

[15] El cual no hay que confundir con ‘Ain Attan, que como se explicará más adelante (4to. manantial) se encuentra en el mismo valle, pero de la parte sur oriental del mismo, y más abajo, al inicio de una pequeña quebrada que se abre entre los montes al finalizar las Piscinas de Salomón.

[16] Bernabé Meistermann, OFM, o.c., 287; Cfr. Neubauer, 146.

[17] Otros autores ubican un valle de ese nombre en otro lugar.

[18] Jerome Murphy-O’Connor, OP, La Terra Santa, Guida storico-archeologica, 396.

[19] “Muy probablemente perteneciente a la antigua Etham”, Lavinio da Hamme,op.cit., 350.  “La altura Jerbet-Boko, sembrada de ruinas pertenecientes probablemente a la antigua Etam, ciudad bíblica.”, Hermo, op.cit., 246. No hay que confundir, aunque estén relacionadas, la con la donde Sansón fue a ocultarse (Cfr. Jue 15); Cfr. Meistermann, Viaje I, 51.

[20] En la Biblia de Jerusalén, modelo 0, 1998, p. 1871, por error ponen que elestadio tiene 1,85 m. y debe decir que tiene 185 m. Una esjena (o schena) tiene 30 estadios.

[21] Antigüedades Judaicas, VIII, vii, 3.

[22] Yoma, 31 a; cfr. Zebaïn, 54 b.

[23] Cfr. 1 Re 11,43.

[24] Cfr. Florentino Díez, Guía de Tierra Santa, Madrid 1993, 178.

[25] Bernabé Meistermann, o.c., 286.

[26] Lavinio da Harme, op.cit., 350. Después de la muerte de Salomón el reino de Israel y de Judá se separan. Roboan fue el rey de Judá, cuya capital fue Jerusalén. (Cf. 2 Cro 11,1).

[27] Hortus conclusus: Rodeado de muros que lo hacen impenetrable. Estas palabras no se repiten ni en el texto hebreo ni en la Vulgata. Se lee en el texto original: Tú eres un jardín…, una surgente cerrada, una fuente sellada. Es por lo tanto la segunda comparación la que se repite dos veces; Cfr. Fillion, La Sainte Bible commentée, t.IV, 612.

[28] Fons signatus: Una cisterna (pozo) recubierta con una piedra, la cual ha sido ulteriormente sellada (o sigilada) con un sello (o precinto) real, de modo que es imposible removerla si no es en nombre y por la autoridad del rey. Cf. Gen 29,3; Dn 7,17; Mt 27,66 (…). Tal es verdaderamente la Iglesia para Cristo. Tal es también María, a la cual estas imágenes han sido tan justamente aplicadas; Cfr. Fillion, o.c., 612.

[29] Cfr. Bernabé Meistermann, o.c., 286. Afirman la existencia de los Jardines de Salomón en este Valle el testimonio de numerosos autores (entre los cuales encontramos, como hemos citado, a Flavio Josefo, que dice que estaba a unos 11 km. de Jerusalén) y la tradición popular viva que a través de los milenios llega hasta nuestros días. Es decir, pasaron los siglos y los diferentes habitantes en estas tierras, con sus diferentes culturas, lenguas y religiones… y todos afirman que esa es la zona del Rey o Sabio Salomón. No obstante todo ello, afirman lo contrario, entre otros, Claudio Baratto, Paolo Acquistapace…

[30] “Así llamados por haberlos mandado construir este Rey con objeto de regar el Huerto Cerrado”, Hermo, op.cit., 246; Cf. Lavinio da Hamme, op.cit., 349.

[31] Paolo Acquistapace, o.c., 147.  (Pudo haber habido en el mismo lugar varias piscinas anteriores).

[32] Cf. Lavinio da Hamme, op.cit., 349.

[33] En la actualidad el sistema de tubos realizado en la época del mandato británico se encuentra deteriorado y abandonado y roto todo el sistema de maquinarias.

[34] Palabra árabe que significa “Valle”.

[35] 2 Re 18,17; Is 22,9.11; etc.

[36] 2 Sam 2,13; Jer 41,12 habla de “gran alberca”.

[37] 2 Sam 4,12.

[38] 1 Re 22,38.

[39] Bible Enciclopedia.net/Dictionary: “They were, as is generally supposed, constructed in the days of Solomon”.

[40] “Es Santuario por ser el primer templo allí erigido a María”, Mons. Mariano Soler, Santuario de Nuestra Señora del Huerto en Ortás a inmediaciones de Belén, Tipografía de Marcos Martínez, Montevideo 1906, 5.

[41] Imagen coronada el 8 de septiembre de 1910: “por delegación especial del Soberano Pontífice [San Pío X], Mons. A. Piccardo reemplazaba al Patriarca, ausente de Jerusalén, para la grandiosa ceremonia de la Virgen “Nuestra Señora del Huerto”,Jérusalem, Publication mensuelle illustrée, Etoile, Paris 24 de octobre 1910, n° 76, 255 [La traducción del francés es nuestra]; “la fiesta se concluye por una solemne procesión y fuegos de artificios”, cf. Id.; La fiesta de coronación fue embellecida “por la numerosa asistencia que acudió de Jerusalén y de Belén”, Jérusalem, Annales de la mission de Notre Dame de Sion en Terre Sainte, Imprimerie Devalois, Paris 1911, n° 126, 63.

[42] Cf. Mariano Soler, op.cit., 6.

[43] Lavinio da Hamme, op.cit., 351 [La traducción del italiano es nuestra]; Cf. Flavio Josefo, Antigüedades, L. VIII, 2; Cf. Hermo, op.cit., 245.

[44] Mariano Soler, op.cit., 6.

[45] Mariano Soler, op.cit., 5.

[46] Cf. Jérusalem, Annales de la mission de Notre Dame de Sion en Terre Sainte, Imprimerie Devalois, Paris 1902, n° 95, 26.

[47] Corchete mío.

[48] Cf. Terre Sainte, La Vallée d’Orthas et les Jardins du Roi Salomon, Tome IX, n° 2, Bureaux de l’Oeuvre des écoles d’Orient, Paris 15 janvier 1892, colonnes 408-411.

[49] Bernabé Meistermann, OFM, o.c., 290.

[50] Mariano Soler, o.c., 7.

[51] L.-Cl. Fillion, o.c., 597; Cfr. Ct 1,11-16; 2,1-5.7-17; 4,1-16; etc.

[52] Cit. por Fillion, o.c., 597.

[53] Cf. Mariano Soler, o.c., 7-9.

[54] El corchete es nuestro, debido a que en la copia del texto que poseemos en estos momentos no se lee bien claro este adverbio.

[55] Mariano Soler, o.c., 9.

[56] “Las límpidas aguas de esa fuente iban en otros tiempos a Herodium [Monte de los Francos] por un acueducto que hizo construir Herodes el Grande y cuyos fragmentos se hallan esparcidos”, Mariano Soler, o.c., Apéndice, 19, nota 3.

[57] Fillion, o.c., t. 4, 548: “Les néologismes que l’on signale sont en très petit nombre, et ils s’expliquent suffisamment par le caractère philosophique de l’écrit; au surplus, il n’est pas sur que ce soient de vrais néologismes et qu’ils aient été inconnus et inusités avant Salomon. Quant au aramaïsmes, après en avoir cité d’abord une longue liste (on est allé jusqu’au chiffre de 90) nos contradicteurs ont été contraints d’en réduire singulièrement le nombre (20 environ), et encore plusieurs de ces expressions sont-elles communes a tous les dialectes sémitiques, de sort que elles peuvent très bien remonter beaucoup plus haut que Salomon[57]; enfin les relations commerciales ou autres que ce prince eut avec les Syriens et les Chaldéens justifieraient amplement l’insertion de locutions araméens dans l’hébreu de son temps ». Agrega en nota Fillion: “Les chaldaïsmes (au aramaïsmes) sont, quand il s’agit de l’age des livres hébreux, un critérium fort dangereux. On prend souvent pour des chaldaïsmes certains particularités des dialectes du nord de la Palestine, ou des traits du langage populaire” [“Los caldeísmos (o aramaísmos) son, cuando se trata de la edad de los libros hebreos, un criterio fuertemente peligroso. Se toma frecuentemente por caldeísmos ciertas particularidades de los dialectos del norte de la Palestina, o trazos del lenguaje popular”], Renan, Le Cantique, p. 108

[58] Interesante lo que dice al respecto, en 1892, un autor [que aparece con la denominación de ‘Viator’] en un artículo sobre el Valle de Ortás. El mismo habla de una conversación que escuchó de dos jóvenes viajeros, uno francés y otro italiano, a quienes considera “frutos precoces, cultivados en el ambiente de indiferencia y escepticismo modernos (…) Ellos habían pasado (…) por algunos lugares de Jerusalén, del Calvario, de Nazaret, del Tabor, del Jordán, de todos esos lugares sonoros, de todos esos asilos del alma, de todos esos saludables y frescos refugios del pensamiento, diciéndose: ‘¿Qué podemos ir a ver en estos lugares desiertos y abandonados?’ Y bien! Ellos no tenían mucha razón. (…) La fe, y aquello que ella ilumina, aquello que ella anima es para ellos un libro cerrado: ignorando las bellezas que el contiene (…) [y] permanecerá para ellos como un tesoro escondido (…)”;Terre Sainte, La Vallée d’Orthas et les Jardins du Roi Salomon, Tome IX, n° 2, Bureaux de l’Oeuvre des écoles d’Orient, Paris 15 janvier 1892, colonne 409. [La traducción del francés es nuestra]

[59] “¡La Biblia soy yo!”.