consumación

La Eucaristía: consumación de los otros sacramentos

consumación de los otros sacramentos

Homilía predicada por el R.P. Carlos M. Buela el martes 29 de agosto de 1995, a los seminaristas del Seminario religioso “María, Madre del Verbo Encarnado”

        En relación a lo que señalábamos la semana pasada, recordemos lo que enseñan:

         -el Pseudo Dionisio: La Eucaristía “es el fin y la consumación de todos los demás sacramentos”[1];
-el Concilio Vaticano II: La Eucaristía es “fuente y cumbre de toda la vida cristiana”[2] o sea, fuente por ser principio y cumbre por ser fin. El Concilio[3]  cita en nota a Santo Tomás: “La Eucaristía es como la consumación de la vida espiritual y el fin de todos los sacramentos”[4].

La Eucaristía no sólo es fin de los demás sacramentos, sino que también es la consumación de los mismos.

¿Qué quiere decir consumación? Quiere decir perfección, plenitud, coronamiento. Aún podemos decir, consummatio es el acto de perfeccionar alguna cosa. La Eucaristía es el sacramento-sacrificio que lleva a su perfección el órden sagrado, el bautismo y la confirmación, la confesión y unción de los enfermos, el matrimonio.

De hecho, todos los sacramentos se ordenan a la Eucaristía, y la Eucaristía no se ordena a ningún otro sacramento: “no ordena a obrar o a recibir algo ulterior ni como agente ni como recipiente en el orden sacramental”[5]. Por eso no imprime carácter en el cristiano.

Pero no se crea que por no imprimir carácter sacramental, deja de ordenarse al culto divino. Más aún, se ordena eminentemente al culto divino.

En rigor los sacramentos de la Nueva Ley se ordenan a dos fines: 1º el remedio del pecado y 2º al culto divino. Todos los sacramentos tienen en común suministrar remedio al pecado al dar la gracia santificante. Pero no todos están ordenados directamente al culto divino, como la penitencia que no le añade al hombre nada nuevo para el culto divino, sino que lo restablece en el primer estado.

Los sacramentos se ordenan al culto divino de tres maneras: 1º por la misma acción sacramental; 2º proveyendo al culto de agentes (los sacerdotes); 3º proveyéndole de sujetos pasivos (recipientis), los bautizados. La Eucaristía es el sacramento que dice relación directa al culto divino en la misma acción sacramental y por contener al Sumo Sacerdote, dicho con palabras de Santo Tomás: “dice relación directa al culto divino en la misma acción … en la cual consiste, principalmente, el culto divino, por cuanto ella es el sacrificio de la Iglesia. … (y además) contiene a Cristo mismo, quien no tiene carácter (sacerdotal), sino la plenitud absoluta del sacerdocio”[6].


[1] Jerarquía eclesiástica, cap. 3, p. 1.
[2] Constitución dogmática sobre la Iglesia, nº 11.
[3] Decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, nº 5.
[4] S.Th. 3 q. 73, a 3 c.
[5] S. Th. 3, q. 63, a. 6.
[6] Idem: “tota sacerdotii plenitudo”.