La Redención es como la mano de Dios, quién de arriba y de afuera, nos alza hacia Él, porque Jesucristo, como reza la liturgia, «es la mano que tiendes a los pecadores»[2]. La redención de Jesucristo es como una mano que tiene cinco dedos por medio de los cuales llega a nosotros, verdadera y realmente, la salvación que nos ganó en la cruz. Seguir leyendo
Desde que el hombre es hombre, hay sacerdotes sobre la tierra, al menos en su función fundamental que es ser mediador entre Dios y los hombres, especialmente por realizar el sacrificio.
La redención obra de Dios y de Cristo, a la que concurre el hombre.
Hubo algunos que oponían la justicia a la misericordia y la misericordia a la justicia, pero «Nos parecen vanos estos escrúpulos. San Pablo tuvo esmero en confrontar los dos aspectos de la obra redentora y en presentar las estrechas relaciones de ambos: “Nosotros somos justificados gratuitamente por la gracia de Dios, por medio de la redención que existe en Cristo Jesús. Dios lo propuso como propiciación por la fe, en su sangre, para mostrar ahora su justicia, a fin de ser (reconocido) justo y fuente de justicia para cualquiera que crea en Jesús” (Ro 3,24-26)[2]. Seguir leyendo