Para la Fiesta del Corpus de 1995
Queridos hermanos y hermanas:
Una vez más nos reunimos con gran alegría para manifestar nuestra fe católica en la Sagrada Eucaristía. Como de costumbre, durante la procesión con el Santísimo Sacramento, dialogaremos acerca de algunos aspectos de este maravilloso misterio de nuestra fe. Este año lo haremos tratando del Sacerdocio y del Sacrificio de Cristo, en sí mismos y en su prolongación en la Santa Misa.
Que de esta manera se acreciente nuestra fe eucarística, participando más activa y fructuosamente de la Misa, aprendiendo mejor a eucaristizar nuestra vida, prolongando en todas nuestras actividades los sentimientos que deberíamos tener en el Santo Sacrificio.
I – El Sacerdocio de Jesucristo.
1. ¿Desde cuando hay sacerdotes sobre la tierra?
Desde que el hombre es hombre, hay sacerdotes sobre la tierra, al menos en su función fundamental que es ser mediador entre Dios y los hombres, especialmente por realizar el sacrificio.
2. ¿Qué es ser sacerdote?
Sacerdote es aquel que: «tomado de entre los hombres, en favor de los hombres es instituido para las cosas que miran a Dios» (Heb 5, 1). El sacerdote es un puente de doble dirección: une a Dios con los hombres y une a los hombres con Dios. Pontífice, quiere decir, puente porque une las dos orillas del Creador y la criatura.
3. ¿Cuál es la función principal del sacerdote?
Es consagrado el sacerdote: «para ofrecer ofrendas y sacrificios por los pecados» (Heb 5, 1). De ahí que la actividad principal del sacerdote sea ofrecer el sacrificio. Sin sacerdote no hay sacrificio, y sin sacrificio no hay sacerdote. Por eso, propiamente hablando, ni los judíos, ni los mahometanos, ni la mayoría de los protestantes tienen sacerdotes, porque no tienen sacrificio. Sólo tienen quienes les enseñan: rabinos, ulemas o muslimes, predicadores o pastores, pero no sacerdotes.
4. ¿Por qué es elegido de entre los hombres?
Es elegido de entre los hombres para que tenga compasión de los hombres y no le de asco las miserias humanas: «para que pueda compadecerse de los ignorantes y extraviados, por cuanto él también está rodeado de flaqueza, y a causa de su flaqueza debe por sí mismo ofrecer sacrificios por sus propios pecados, igual que por los del pueblo» (Heb 5, 2-3). Si los ángeles fuesen sacerdotes no podrían compadecerse de los hombres.
5. ¿Cualquiera puede ser sacerdote?
No, cualquiera no puede ser sacerdote. El sacerdote debe ser llamado por Dios: «ninguno se toma por sí este honor sino el que es llamado por Dios, como Aarón» (Heb 5, 4). Por eso siempre debemos rezar pidiendo por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, como nos enseñó el mismo Jesús: «La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 37-38).
6. ¿Quién es el Sumo, Eterno y Único Sacerdote?
Jesucristo, nuestro Señor, es el Sumo, Eterno y Único Sacerdote.
7. ¿Por qué razón?
Porque une en su divina Persona, segunda de la Santísima Trinidad, la naturaleza divina y la naturaleza humana, uniendo en sí mismo a Dios y al hombre, al hombre y a Dios.
8. ¿Cuales son las características de Jesucristo-Sacerdote?
Las principales características de Jesucristo, Sumo Sacerdote, son:
1º – Es hombre como nosotros;
2º – Es llamado por Dios con juramento a las funciones sacerdotales;
3º – Es consagrado con la plenitud de la unción de la divinidad misma;
4º – Es sacerdote santo;
5º – Es sacerdote inmortal;
6º – Es único en la historia del sacerdocio.
1º – Hombre
9. ¿Por qué la primera condición para ser sacerdote es que sea hombre?
Porque debe ser mediador. No debe ser más que hombre, ni menos que hombre. Debe ser miembro del pueblo que representa, para poder ser intermediario -mediador- entre Dios y el pueblo. Dios no es sacerdote: «No hay mediador de uno solo, y Dios es único» (Gal 3, 20). El Hijo de Dios, el Verbo, se hace hombre para ser sacerdote. El fin de la Encarnación es la redención, que Cristo realiza por el sacrificio de la cruz.
10. ¿Es en todo igual a nosotros, menos en el pecado?
Así es: «Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo. Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados» (Heb 2, 17-18). «Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado» (Heb 4, 15). Por eso debemos tenerle a Jesucristo una confianza absoluta y total: «Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna» (Heb 4, 16). ¡Es nuestro sacerdote!.
11. ¿Dónde fue hecho sacerdote?
Dice San Buenaventura: «En las mismas entrañas de la Virgen revistió los ornamentos sacerdotales para ser nuestro Pontífice»(1).
2º – Llamado
12. ¿Cómo sabemos que fue llamado?
«Tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: ‘Hijo mío eres tú; yo te engendrado hoy’. Como también dice en otro lugar: ‘Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec’»(Heb 5, 5-6). Fue «declarado por Dios Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec»(id.10).
13. ¿Por qué Dios se reserva el derecho de elegir a quienes han de tratar las cosas divinas?
Porque se trata de desempeñar funciones sagradas, especialísimas, únicas entre todas las funciones sociales. Si hubiese alguien que ejerciera a su antojo las funciones sacerdotales, no perseveraría en el sacerdocio mucho tiempo. Si alguien sin ser llamado se arrogase la investidura sacerdotal, sería un intruso y un usurpador. El sacerdote por ser mediador entre el cielo y la tierra, debe ser grato en especial al cielo. Por eso Dios se reserva el derecho de elegirlo.
3º – Consagrado
14. Para ser sacerdote, además de ser hombre y ser llamado por Dios, ¿Qué otra cosa se requiere?
Debe ser consagrado sacerdote. Como hemos dicho, Jesucristo fue consagrado sacerdote en el seno de la Virgen, porque allí se unió hipostáticamente, es decir,personalmente- la naturaleza humana con la persona del Verbo. Allí la humanidad de Cristo fue ungida por Dios con la divinidad del Verbo. El Verbo es el Crisma sustancial, porque es sustancialmente Dios. Al tocar el Verbo la humanidad de Cristo, loconsagra y unge como Sacerdote Único, Sustancial y Total, porque es el único hombre que se ha puesto en contacto personal con Dios que íntima y totalmente invadió su alma y cuerpo, haciéndolo Sacerdote esencial desde el mismo instante de la Encarnación.
15. ¿Qué es la consagración?
La consagración es participación específica en el Sacerdocio de Cristo, por la que se da la destinación oficial y pública que capacita al sacerdote para ejercer su oficio sacerdotal.
4º – Santo
16. La santidad, ¿es otra de las cualidades del sacerdocio de Jesucristo?
Así es. La santidad adorna de manera esencial a Cristo Sacerdote: «Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos» (Heb 7, 26).
Santo, como ya lo había anunciado el Ángel Gabriel a la Virgen María: «…el Hijo engendrado será Santo… « (Lc 1, 35).
Inocente, que podrá decir a sus enemigos: «¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?»(Jn 8, 46).
Inmaculado, libre de pecado original y personal, incontaminado: «que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo…» (Heb 7, 27).
5º – Inmortal
17. ¿Por qué nunca morirá el Sacerdote Jesús?
Nunca jamás morirá el Sacerdote Jesús porque es inmortal, porque su sacerdocio es eterno. Todos los sacerdotes, de todas las jerarquías y de todas las religiones, han tenido que renovarse sin cesar. Jesucristo no, porque no muere. Murió una vez para consumar el sacrificio en la cruz, y, luego de la resurrección, por medio de sus sacerdotes, sigue ofreciendo el mismo sacrificio. El sacerdocio instituido por ley humana es mortal; el instituido por ley divina es inmortal; Cristo es Sacerdote de esta segunda manera:« no por ley de prescripción carnal, sino según la fuerza de una vida indestructible»(Heb 7, 16). Jesucristo, «resucitado de entre los muertos, ya no muere más, la muerte ya no tiene dominio sobre Él»(Rom 6, 9), y «tiene un sacerdocio perpetuo, porque permanece para siempre»(Heb 7, 24).
6º – Único
18. ¿Por qué Jesucristo es Sacerdote Único?
Porque es sacerdote «a semejanza de Melquisedec»(Heb 7, 15). En otra parte el Padre le dice:«Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec»(Heb 5, 6). Es decir, que como aquél Rey de Salem, Jesucristo es Rey y Sacerdote al mismo tiempo. Como aquél no tiene genealogía, porque no tiene padre según la genealogía humana, ni madre según la genealogía divina: «Sin padre, sin madre, sin genealogía de sus días ni fin de su vida, se asemeja en eso al Hijo de Dios, que es Sacerdote para siempre» (Heb 7, 3). Como aquél es Rey de justicia, porque es Dios y como Sacerdote vino a establecer la justicia entre Dios y los hombres, pagando de justicia lo que debíamos al Padre Eterno. Como aquél ofreció pan y vino en la Última Cena, y lo sigue ofreciendo en cada Misa.
19. Si es único, ¿su sacerdocio es nuevo?
Jesucristo es un Sacerdote nuevo porque sustituye (suprime) el sacerdocio del Antiguo Testamento, pero no lo sucede, es decir, no ocupa su lugar; más aún no sólo no lo sucede, sino que lo interrumpe, y aún más, abroga -da por abolido- el sacerdocio levítico.
20. ¿Qué otras cosas hace nuevas Jesucristo por su Sacerdocio?
Así como es nuevo el Sacerdote, nuevo es el Sacrificio, nueva la Alianza que se sella con la nueva Sangre, nueva la reconciliación y la redención, que ya no son una simple figura, sino una realidad esplendorosa que nadie, nunca jamás, podrá destruir. Como dice San Ireneo, Jesucristo «al darse a sí mismo, a dado novedad a todas las cosas»(2).
21. Si el Sacerdocio de Jesús es único, ¿por qué los sacerdotes del Nuevo Testamento?
Los sacerdotes del Nuevo Testamento no lo sustituyen a Jesucristo, ni lo suceden, ni multiplican su sacerdocio, son sus representantes, es decir, hacen presente a Cristo porque obran in persona Christi. Nadie hay en la Iglesia que sea sucesor de Cristo, porque es imposible sucederlo y, además, innecesario, ya que su Sacerdocio es eterno, «vivo» (Heb 7, 25), «sin interrupción» (Heb 7, 3), es decir, sin hendiduras ni cortes, sin fracturas ni grietas. Los sacerdotes del Nuevo Testamento son sucesores de los Apóstoles, pero no de Cristo. Ni siquiera el Papa; él es Sucesor de San Pedro, pero de Cristo es sólo Vicario.
22. Si los que pastorean la Iglesia son sólo representantes, ¿de quienes son las ovejas?
Las ovejas son sólo de Cristo. Por eso, nuestro Señor al encomendarle el rebaño a San Pedro, le dice por tres veces: «Apacienta mis corderos … Apacienta mis ovejas … Apacienta mis ovejas.»(Jn 21, 15-17). En la Iglesia Católica, tanto los fieles como los pastores, son sólo de Cristo, quien por ellos derramó su sangre.
23. ¿Y los sacerdotes ministeriales del Nuevo Testamento?
Ellos también son:
1º- sacados de entre los hombres;
2º- son llamados por Dios para representar a los hombres en sus relaciones con Dios;
c- son consagrados y ungidos con el santo crisma;
d- deben ser santos según la ley de su vocación;
e- su carácter sacerdotal es de alguna manera inmortal porque es imborrable; f- son a la manera de Melquisedec al ser una prolongación de la persona y del sacerdocio de Jesucristo, al ser sus representantes sobre la tierra(3), al obrar en persona de Cristo. Son como la pupila de los ojos de Dios, o sea, a quienes les tiene máximo cariño: «…el que os toca a vosotros, toca a la niña de mis ojos»(Zac 2, 8).
II – El Sacrificio de Jesucristo.
24. Jesucristo, ¿es el Único Mediador?
Así lo enseña San Pablo: «Uno es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús»(1 Tim 2, 5).
25. ¿Por qué es único Mediador?
Lo es en su ser, porque juntó en su Persona los dos extremos de la mediación: Dios y el hombre.
Lo es en sus funciones, porque nadie como Él dio al hombre cosas tan divinas, ni nadie a dado a Dios cosas tan humanas. Por Él Dios se entrega al hombre, y el hombre se entrega a Dios.
26. ¿Cuál fue su principal oficio sacerdotal?
Su oficio principal fue hacer la oblación de su Cuerpo y Sangre, ofrecer el sacrificio de la cruz. Decía un predicador: «Nada hay en el mundo más grande que Jesucristo, y nada hay en Jesucristo más grande que su sacrificio»(4).
27. ¿Cuáles son las características del Sacrificio de Cristo en la cruz?
Cuatro son las principales características:
1º Ofrece el Sacrificio de sí mismo;
2º es un Sacrificio único;
3º es un Sacrificio definitivo; y
4º es un Sacrificio eterno.
1º – Se ofrece a sí mismo
28. Primero, ¿cómo sabemos que Jesús se ofreció a sí mismo?
Lo sabemos por el testimonio de la Biblia que nos dice que Jesús se ofreció en sacrificio por los pecados del pueblo: «… esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo» (Heb 7, 27). Él había dicho: « …me has preparado un cuerpo …Heme aquí que vengo … para hacer, ¡oh Dios! tu voluntad» (Heb 10, 5), un cuerpo preparado para el sacrificio, para que por su muerte se borren los pecados del mundo.
29. ¿Tuvo el Sacrificio de Cristo las condiciones que lo hacen real y eficaz?
Sí, el Sacrificio de Cristo tuvo las tres condiciones que se necesitan para que un sacrificio sea verdadero y eficaz.
30. ¿Cuáles son esas tres condiciones?
Son: a- La dedicación o santificación de la víctima;
b- la oblación u ofrecimiento voluntario; y,
c- la aceptación por parte de Dios.
a- La dedicación o santificación de la víctima
31. ¿Qué es la dedicación o santificación de la víctima?
Es el hecho de consagrarla, de apartarla de usos profanos. Los antiguos pronunciaban sobre la víctima las palabras: «sacer esto», o sea, «sé cosa sagrada», apartándola por un acto de la voluntad sacerdotal del destino común de las demás cosas y dedicándola a Dios. De allí el nombre de sacerdote: el que hace las cosas sagradas. En la Misa, antes de la consagración del pan y del vino, el sacerdote extiende sobre los mismos sus manos: Esa es la señal de la dedicación sacrificial.
32. ¿Quién santificó a Cristo?
En primer lugar, el Padre celestial: «a quien el Padre ha santificado» y «enviado al mundo»(Jn 10, 36) como Víctima propiciatoria por los pecados de los hombres: «Dios envió a su Hijo hecho de mujer, constituido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley» (Gal 4, 4-5).
En segundo lugar, se santificó a sí mismo: «Me consagro a mí mismo» (Jn 17, 19), para que nosotros fuésemos santificados por su muerte en cruz: «para que ellos también sean consagrados en la verdad» (id.).
b- La oblación voluntaria o libertad sacerdotal
33. ¿Cómo sabemos que el ofrecimiento de Cristo fue voluntario?
Jesús fue dueño absoluto de su vida, que con libertad sacerdotal ofrecía para volverla a tomar, y por eso el Padre lo ama: «…el Padre me ama, porque doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, soy yo quien la doy de mí mismo. Tengo poder para darla y poder para volver a tomarla» (Jn 10, 17-18).
34. ¿Cómo ratificó su ofrecimiento en la cruz?
Muchos teólogos, entre ellos San Agustín, aplican a la inmolación de la cruz, en especial a la«gran voz» (Mt 27, 50; Mc 15, 37; Lc 23, 46) las siguientes palabras: «ofreció con gran clamor y lágrimas el sacrificio de sí mismo, y fue oído por su reverencia» (Heb 5, 7). Otros las refieren a las congojas de Gethsemaní, que para el caso es lo mismo.
c- La aceptación por parte de Dios.
35. ¿Cómo sabemos que su Sacrificio fue aceptado por el Padre?
Porque fue el Sacrificio de la Víctima Santísima -el Hijo de Dios-, ofrecida por el Sacerdote«santo, inocente, inmaculado … más alto que los cielos» (Heb 7, 26).
De manera especial, sabemos que el Sacrificio de Cristo fue agradable al Padre, porque entró en el Santuario de los Cielos: «Cristo, constituido Pontífice de los bienes futuros y penetrando en un Santuario mejor y más perfecto … por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Santuario realizada la redención eterna» (Heb 9, 11-12).
2º El Sacrificio de Cristo es único
36. Segundo, ¿por qué afirmamos que el Sacrificio de Jesús es único?
Porque fue único en su objeto, único en su forma interna, único en su eficacia, único en su forma externa, único numéricamente.
37. ¿Por qué fue único en su objeto?
Porque en todo otro culto los sacerdotes suben al altar para ofrecer víctimas ajenas a sí mismos. En cambio, Jesucristo es el único que se ofrece a sí mismo, tanto en el ara de la cruz, como en el ara del altar: «Yo soy el buen pastor … doy mi vida por las ovejas» (Jn 10, 14-15). Jesús es: «…el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29).
38. Luego, ¿es al mismo tiempo Sacerdote y Víctima?
Cristo es a su vez, oferente y ofrenda, sacerdote y oblación, altar y víctima. Como dice San Agustín: «Cristo es al mismo tiempo sacerdote, oferente y oblación»(5). ¡Es una novedad inaudita!
En todos los otros sacrificios, el sacerdote es distinto de la víctima que sustituye a los pecadores. Aquí es el Sacerdote quien sustituye a los pecadores, porque es al mismo tiempo Víctima que se ofrece en sacrificio por ellos.
39. ¿Por qué es único en su forma interna?
Porque no manejó Él -verdadero Sacerdote- el instrumento que le provocaría la muerte, sino sus verdugos. Su arma sacerdotal, verdadero sacerdote que le inmola, es el amor: «Amor sacerdos inmolat»(6). Por amor fue el Señor a la Pasión. Por amor padeció por mí. Por amor pagó por mí. Poramor murió por mí: «me amó y se entregó por mí» (Gal 2, 20).
40. ¿Por qué es único en su eficacia?
Los sacrificios del Antiguo Testamento eran ineficaces: « …se ofrecían sacrificios y oblaciones, que no eran eficaces… « (Heb 9, 9), «por ser imposible que la sangre de toros y de los machos cabríos borre los pecados» (Heb 10, 4). El sumo sacerdote seguía teniendo manchada la conciencia por el pecado, porque las hecatombes inmensas de víctimas sacrificadas «no eran eficaces para hacer perfecto en la conciencia al que ministraba…» (Heb 9, 9). Por eso Cristo abrogó el sacerdocio levítico, los antiguos sacrificios, la ley mosaica, la antigua Alianza, « …a causa de su ineficacia e inutilidad, pues la Ley no llevó nada a la perfección, sino que fue sólo una introducción a una esperanza mejor… « (Heb 7, 18-19).
Por el contrario, Jesucristo ofrece un sacrificio eficacísimo y sobrabuntante: «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rom 5, 20). Tenemos, pues, por la fuerza de la sangre de Cristo«firme confianza de entrar en el Santuario que Él nos abrió como camino nuevo y vivo a través … de su carne… « (Heb 10, 19-20).
41. ¿Por qué el Sacrificio de Cristo fue único en su forma externa?
Los sacrificios suelen efectuarse en los templos; Cristo ofreció el suyo fuera del templo sobre el monte Calvario. Además a los ojos de la inmensa mayoría de los presentes se trataba de un ajusticiado castigado por sus culpas, y no de una Víctima sin mancha de pecado, que era, al mismo tiempo, Sumo y Eterno Sacerdote.
42. ¿ Por qué es un Sacrificio numéricamente único?
Porque Jesucristo «no necesita, como los pontífices, ofrecer cada día víctimas … esto lo hizo una sola vez… «(Heb 7, 27). En otras religiones se renuevan las víctimas sobre el altar; en el Antiguo Testamento los sacrificios se reproducían sin cesar; Jesucristo, Sacerdote y Víctima, dijo: «‘He aquí que vengo para hacer tu voluntad’ … En virtud de esa voluntad somos nosotros santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez … con una sola oblación perfeccionó para siempre a los santificados» (Heb 10, 9-10.14).
43. ¿La Misa no multiplica el Sacrificio?
No, la Misa no multiplica el único Sacrificio de Cristo. Lo que se multiplican son las distintas presencias del único Sacrificio.
3º – El Sacrificio de Cristo es definitivo
44. ¿Cuántas son las razones por las que el Sacrificio de Cristo es definitivo?
Las razones principales son cuatro.
45. ¿Cuáles son?
El Sacrificio de Cristo es definitivo porque:
a – Destruyó el pecado;
b – alcanzó su fin;
c – realiza una Alianza eterna; y,
d – porque podemos unirnos de hecho a Dios.
a – Es definitivo porque destruyó el pecado
46. ¿El pecado ya no fue definitivo?
Así es. Sólo el Sacrificio definitivo de Cristo hizo que el pecado dejase de ser definitivo: « …después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos, se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado a los que le esperan para su salvación» (Heb 9, 28). Ello es así porque Cristo borró el pecado definitivamente, para los que se aprovechan de su redención.
b – Es definitivo porque alcanzó su fin
47. ¿Cristo nos salvó de nuestros pecados?
Antes de Cristo, los pecadores quedaban con sus pecados, seguían en su mismo estado. Sólo Cristo reconcilia perfectamente a Dios con los hombres, destruyendo el pecado por el Sacrificio de la cruz:«Canceló la nota de cargo que había contra nosotros … y la suprimió clavándola en la cruz»(Col 2, 14). El sumo sacerdote debía repetir todos los años la imponente ceremonia del día de la Expiación; no pasó así con Jesucristo que no penetró en el Santuario « …para ofrecerse muchas veces, a la manera que el pontífice entra cada año en el santuario en sangre ajena» (Heb 9, 25). Si Cristo no hubiese con un solo sacrificio abolido el pecado «sería preciso que padeciese muchas veces desde la creación del mundo» (Heb 9, 26). Pero eso no fue necesario porque su Sacrificio era definitivo.
c – Es definitivo porque realiza una Alianza eterna
48. ¿Selló una Alianza definitiva?
Sí. Es la Nueva Alianza o Nuevo Testamento. No habrá otra Alianza, como no habrá otro sacerdocio, como no habrá otro sacrificio, como no habrá otra ley, como no habrá otra revelación. Es lo que había anunciado el profeta Jeremías: « …concertaré… una nueva Alianza, no como la Alianza que hice con sus padres… « (Heb 8, 8-9). La Nueva Alianza abroga la Antigua Alianza: «Al decir ‘una nueva Alianza’ declara envejecida la primera. Ahora bien, lo que envejece y se hace anticuado está a punto de desaparecer» (Heb 8, 13).
Horas antes, en la anticipación incruenta del Sacrificio definitivo, el Autor de la Nueva Alianza ponía su sangre sacramental en el cáliz, diciendo: «Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros» (Lc 22, 20).
d – Es definitivo porque podemos unirnos de hecho con Dios
49. Por el Sacrificio de Cristo, ¿los hombres se unen definitivamente con Dios?
Esa es la realidad. Por el Sacrificio de nuestro Sumo y eterno Sacerdote, Jesucristo, definitivamente hemos sido incorporados al Pueblo de Dios, constituidos miembros del Cuerpo místico de Cristo, hechos Templos del Espíritu Santo. Esta intimidad con Dios, este intercambio entre el Creador y la criatura, es posible por el Mediador entre Dios y los hombres, al sellar con su sangre la Nueva Alianza:«Esta será la Alianza que yo haré … Imprimiré mis leyes en su mente, y las escribiré en sus corazones. Y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo … todos me conocerán … y de sus pecados jamás me acordaré»(Heb 8, 10-12).
4º – El Sacrificio de Cristo es eterno
50. ¿Por qué el Sacrificio de Cristo es eterno?
El Sacrificio de Cristo es eterno: «por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno» (Heb 7, 24). ¡Éste es uno de los prodigios del amor de Dios!, ya que conservando su únicoSacrificio, encontró la manera de renovar su oblación sin perder la unidad numérica, y el modo de perpetuar su Sacrificio sobre la tierra, mientras dure el mundo, sin que deje de ser definitivo.
III – La prolongación del Sacerdocio y del Sacrificio:
La Santa Misa.
51. ¿Cuál es el milagro de los milagros que prolonga sobre la tierra el Sacerdocio y el Sacrificio de Cristo?
Ese milagro es la Santa Misa. En la cual, el Sacerdocio de Cristo y el Sacrificio de Cristo, se prolongan de manera sacramental.
1º La perpetuación del Sacerdocio de Cristo
52. ¿Sólo en la Misa se prolonga el Sacerdocio de Cristo?
El Sacerdocio de Cristo no sólo se prolonga en la Misa sino en toda la liturgia, que es «el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo»(7). De tal modo que, cuando alguien bautiza, confirma, celebra la Eucaristía, confiesa, unge los enfermos, ordena, casa, es Cristo quien bautiza, confirma, celebra la Eucaristía, confiesa, unge los enfermos, ordena, casa(8). Cristo continúa realizando los actos de su Sacerdocio eterno, a través de sus sacerdotes ministeriales.
53. ¿De qué manera Jesucristo actúa como Sacerdote principal en la Santa Misa?
Jesucristo es el Sacerdote principal de la Santa Misa porque ofrece todas y cada uno de los Sacrificios de las Misas que se celebran. El mismo Acto de oblación interna de la Víctima del Sacrificio de la cruz se perpetúa en Acto de oblación interna de la Víctima de cada Sacrificio de la Misa, por los poderes que Cristo trasmite a través del sacramento del Orden Sagrado. De allí que el sacerdote sacramental, como signo sensible y eficaz de Cristo-Cabeza invisible, ofrece, de modo sensible y también eficaz, el sacrificio sacramental del Cuerpo y Sangre del Señor.
54. ¿Qué papel desempeña el ministro de los sacramentos?
En el «ministro ordenado es Cristo mismo quien está presente en su Iglesia como Cabeza de su Cuerpo, Pastor de su rebaño, Sumo Sacerdote de su sacrificio redentor, Maestro de la verdad»(9). La Iglesia enseña esta verdad al decir que el sacerdote visible, por haber recibido el sacramento del Orden «actúa en la persona de Cristo Cabeza»(10) , o sea, en su nombre y con su autoridad, cuando administra los sacramentos. El sacerdote ministerial es imagen de Cristo-Sacerdote: «es como ‘ícono’ de Cristo-Sacerdote»(11) . Cristo es el primer y único Sacerdote de la Iglesia, «todos los demás son sus figuras sacramentales»(12) .
55. ¿Esto quiere decir que el sacerdote ministerial está libre de pecados?
De ninguna manera, porque ha sido «tomado de entre los hombres … para que pueda compadecerse de los ignorantes y extraviados, por cuanto él está también rodeado de flaqueza …» (Heb 5, 1-2). El sacerdote ministerial no está exento de debilidades, limitaciones, imperfecciones, flaquezas humanas, es decir, del pecado. Debe arrepentirse de los mismos, debe confesarse como todo hijo de vecino, debe ofrecer el sacrificio y hacer penitencia por los mismos. Pero la misma fuerza del Espíritu Santo garantiza que en los sacramentos «ni siquiera el pecado del ministro puede impedir el fruto de la gracia»(13).
56. ¿Qué hace el sacerdote ministerial en la Misa?
El sacerdote ministerial predica la Palabra de Dios, presenta a Dios los dones de pan y vino, los inmola y los ofrece al transustanciarlos en el Cuerpo y la Sangre del Señor obrando en nombre y con el poder del mismo Cristo, de modo tal, que por sobre él sólo está el poder de Dios, como enseña Santo Tomás de Aquino: «el acto del sacerdote no depende de potestad alguna superior, sino de la divina»(14) , de tal modo, que ni siquiera el Papa tiene mayor poder que un simple sacerdote para la consagración del Cuerpo de Cristo: «no tiene el Papa mayor poder que un simple sacerdote»(15) .Luego comulga y da la comunión.
57. ¿Qué hacen los sacerdotes bautismales?
Los fieles cristianos laicos, por razón del Bautismo, en la Santa Misa por manos del sacerdote y junto con el sacerdote ofrecen la Víctima inmolada a Dios y se ofrecen a sí mismos con ella junto con sus trabajos, penas, alegrías, con sus actos de adoración, acción de gracias, de pedir perdón, de peticiones, etc.
2º La perpetuación del Sacrificio de Cristo
58. ¿Quiso Cristo perpetuar su Sacrificio?
Sí. Al mandar a los Apóstoles en la Última Cena: «Haced esto en memoria mía» (Lc 22, 19; 1 Cor 11, 24 y 25), les ordena reiterar el rito del Sacrificio eucarístico de « …mi Cuerpo que será entregado …» y de « …mi Sangre que será derramada… « (idem). Enseña el Concilio de Trento que Jesucristo en la Última Cena al ofrecer su Cuerpo y Sangre sacramentados: « …a sus Apóstoles, a quienes entonces constituía sacerdotes del Nuevo Testamento, a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio, les mandó … que los ofrecieran»(16).
59. ¿Es verdadero el Sacrificio de la Misa?
Es dogma de fe definida que «en el sacrificio de la Misa se ofrece a Dios un verdadero y propio sacrificio»(17).
60. ¿Por qué es Sacrificio la Misa?
Por tres razones:
1º – porque representa el Sacrificio de la cruz;
2º – porque es el memorial del Sacrificio de la cruz; y,
3º – porque aplica el fruto del Sacrificio de la cruz.(18)
61. ¿Qué enseña la Iglesia en su Magisterio supremo?
Cristo dejó a la Iglesia el Sacrificio eucarístico: « …por el que se representara aquel suyo sangriento que había una sola vez de consumarse en la cruz, y su memoria permaneciera hasta el fin de los siglos19 y su eficacia saludable se aplicara para la remisión de los pecados que diariamente cometemos… » (20).
62. ¿Por qué quiso Cristo que se perpetuase su Sacrificio?
Nuestro Señor quiso que se perpetuase su Sacrificio porque «como no había de extinguirse su sacerdocio por la muerte (21) … para dejar a su esposa amada, la Iglesia, un sacrificio visible, como exige la naturaleza de los hombres … ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino…»(22) .
63. ¿Para qué lo quiso?
Para que sus discípulos, que por ser hombres no sólo tienen alma sino también cuerpo, pudiesen, como lo pide su naturaleza, tener un Sacrificio visible para ofrecer a Dios.
64. ¿Cómo quiso Jesucristo que se perpetuase su Sacrificio?
Como el Sacrificio de Jesucristo, que se realizó de una vez para siempre, es de valor infinito y bastaba para perdonar todos los pecados del mundo, queriendo Él participarlo a los hombres de todos los tiempos, siendo imposible que Cristo muriera de nuevo porque vive una vida gloriosa e inmortal, nos dejó su único Sacrificio, pero de otra manera.
65. ¿De qué manera?
De manera incruenta, es decir, sacramental. No en especie propia, sino en especie ajena, es decir, que nos deja su Cuerpo entregado y su Sangre derramada bajo las especies de pan y de vino.
66. ¿En cuál momento de la Misa se perpetúa el Sacrificio?
El Sacrificio de la cruz se perpetúa en el momento de la doble consagración del pan y del vino, en ese momento aparece, sacramentalmente, la Sangre de Cristo separada del Cuerpo, tal como ocurrió en la cruz.
67. ¿Qué partes tiene la consagración?
En la consagración se dan unidos la inmolación y la oblación. Pero entre ellos hay distinción, porque«hay sacrificio cuando se hace algo en las cosas que se ofrecen a Dios … oblación cuando se ofrece algo a Dios, aunque no se haga nada en el don … por eso, todo sacrificio es oblación, pero no viceversa»(23).
68. ¿Cómo sabemos que es la misma inmolación de la cruz?
«En este divino Sacrificio, que en la Misa se realiza, se contiene y se inmola incruentamente aquel mismo Cristo que ‘una sola vez se ofreció Él mismo’ (Heb 9, 27) cruentamente en el altar de la cruz»(24).
69. ¿Quién hace la inmolación eucarística?
La hace Jesucristo, Sacerdote principal, sólo por medio del sacerdote sacramental.
70. ¿Cómo sabemos que se trata de la misma oblación de la cruz?
«Una sola y la misma es la Víctima y el que ahora se ofrece por el ministerio de los sacerdotes, es el mismo que entonces se ofreció a sí mismo en la cruz, siendo solo distinta la manera de ofrecerse»(25).
71. ¿Quienes hacen la oblación eucarística?
La hacen Jesucristo, por medio de su sacerdote visible, y los fieles cristianos laicos por medio y junto al sacerdote visible, para unir su oblación a la del mismo Cristo.
72. ¿A Quién recibimos en la Comunión?
En la Comunión recibimos «verdadera, real y sustancialmente» (26) el Cuerpo y la Sangre, juntamente con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo.
73. ¿Por qué cuando uno comulga participa del Sacrificio?
Al comulgar la Víctima del Sacrificio se participa del mismo Sacrificio, por eso se pregunta San Pablo: «¿No participan del altar los que comen de las víctimas? (1 Cor 10, 18), queriendo decir que es evidente que los que comen la víctima participan del sacrificio. En la Misa comulgar la Víctima es participar del Sacrificio de la cruz.
74. ¿Cuál es la razón por la que nos unimos a nuestros hermanos?
Al comulgar recibimos a Cristo, Cabeza del Cuerpo místico, Cabeza de la Iglesia, y al unirnos más a Él, nos unimos más a los miembros de su Cuerpo místico. Por eso, la Eucaristía hace la Iglesia, es el sacramento de la unidad eclesial: «somos muchos un solo cuerpo, pues todos participamos de un único pan» (1 Cor 10, 17).(27)
Queridos hermanos y hermanas:
¡Tengamos siempre más hambre de Eucaristía!
¡Nunca dejemos la Santa Misa! ¡Es el tesoro del cristiano!
¡Allí se perpetúa un profundo misterio, el que: «la Vida muere en Cruz,
/en una cruz crucifijo»(28)!
¡Allí el pan de los ángeles nos espera para saciarnos!
¡Allí el maná del cielo nos alimenta en nuestro peregrinar!
¡Allí «todo el bien espiritual de la Iglesia se contiene sustancialmente»(29)!
¡«Esto es CRISTO»(30).
R.P. Carlos Miguel Buela, V.E.
(1) Tom. 9, 672.
(2) Adv. haer., IV, 34, 1.
(3) cfr. Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, III, 22, 4; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1548.
(4) Bossuet, Reflexiones sobre la agonía de Jesucristo.
(5) La Ciudad de Dios, 10, 20.
(6) Himno «Ad regias Agni dapes», del tiempo pascual.
(7) Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia «Sacrosanctum Concilium», nº 7.
(8) cfr. San Agustín, In Io. Evang., tr.6, c.1, nº 7.
(9) Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1548.
(10) idem; cf. Concilio Vaticano II, Lumen gentium, 10; 28; id., Sacrosanctum Concilium, 33; id., Christus Dominus, 11; id., Presbyterorum ordinis, 2; 6.
(11) Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1142.
(12) Don Vonier, Doctrina y clave de la Eucaristía, Emecé, Bs.As, 1946, pág.228.
(13) Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1550.
(14) S.Th., Supl.40, 4, c.
(15) Santo Tomás, Supl. 38, 1, ad 3. El sacerdote ministerial depende del Obispo en «el ejercicio de su potestad», no en la potestad misma, que recibe de Cristo el día de su ordenación sacerdotal. El sacerdote ministerial participa del sacerdocio de Cristo, no del sacerdocio del Obispo, que también es participado del de Cristo, aunque en grado mayor. El Obispo como instrumento, por la imposición de manos, haceparticipar al presbítero del sacerdocio de Cristo, no del suyo personal.
(16) Concilio de Trento, Dz.938; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1337..
(17) Concilio de Trento, Dz.948; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1365 y 1366..
(18) cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1366.
(19) cfr. 1 Cor 11, 23 ss.
(20) Concilio de Trento, Dz. 938 (subrayados nuestros); Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1366.
(21) cfr. Heb 7, 24 y 27.
(22) Concilio de Trento, Dz.938.
(23) S. Th., II-II, 85, 3, ad 3.
(24) Concilio de Trento, Dz. 940.
(25) idem.
(26) Concilio de Trento, Dz. 874 y 883.
(27) cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1396.
(28) Gerardo Diego, Vía crucis.
(29) S.Th., III, 65, 3, ad 1; 79, 1c y ad 1; cfr. Concilio Vaticano II, Decreto sobre la vida y el ministerio de los presbíteros, nº 5; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1324.
(30) S.Th., III, 79, 1; cfr. Concilio Vaticano II, Decreto sobre la vida y el ministerio de los presbíteros, nº 5; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1324.