homosexuales

Signos de los tiempos III

Homilía, 20 de junio de 2005, en Segni.

 Lo que está pasando en Europa son cosas realmente importantes e interesantes. Ayer, por ejemplo, en Madrid, de la Plaza de la Cibeles a Puerta del Sol (serán unas diez cuadras, más o menos) hubo una gran manifestación, no en contra de nadie, sino a favor de la familia, pidiendo todos que no se equipare la unión de homosexuales al matrimonio. Ponían en los carteles “Matrimonio = varón + mujer…” (obvio…). Y fue una manifestación realmente multitudinaria: según los organizadores, más de un millón y medio de personas. De hecho cuando ya llegaron a Puerta del Sol todavía había gente que no había podido salir de la Plaza de Cibeles. Recordarán los que estuvieron que es una avenida bien ancha, se deja a la derecha la Gran Vía, y es algo enorme de grande…Y había una gran multitud de gente, niños llevados en brazos de sus padres, otros caminando llevados de la mano de sus madres, familias con los cochecitos, con gran alegría, con un clima de fiesta (no hubo absolutamente ningún incidente), alegres del testimonio que han dado, que ha sido realmente espléndido.

Vemos en esto, como en otras cosas que vamos a mencionar (ya tuve oportunidad también de mencionarlo hace unos días) cómo habla de Dios, y cómo el diablo finalmente no puede hacer todo lo que quiere, según como calificó Goethe en el Fausto al diablo: ein Teil von jener Kraft, die stets das Böse will und stets das Gute schafft[1], (que es lo que nosotros decimos el diablo hace la olla pero no le pone la tapa, dicho rápidamente y sin hacer tanto lío), cuya  traducción propiamente es: como una parte de esa fuerza (el diablo) que desea siempre el mal y termina haciendo siempre el bien. Es una cita del Papa Juan Pablo II de su libro Memoria e Identidad[2].

Y ha habido otros casos, hemos tenido en España en estos 15 días tres grandes manifestaciones: la ya mencionada; otra el 4 de junio, de todos los familiares de las víctimas del terrorismo: el gobierno quería dialogar con los terroristas, y les hicieron una manifestación; después otra manifestación porque el gobierno quería retirar todos los archivos de la guerra civil que estaban en Salamanca para llevarlos a Cataluña, lo cual no tiene nada que ver, porque era llevarlos allí para de ahí hacerlos desaparecer,  y les hicieron otra gran manifestación. Es decir: el pueblo se está manifestando, y se está manifestando como hemos podido ver con ocasión del “no” francés, el no a la Constitución Europea. En Holanda, también venció el “no”. Ahora han parado con el tema de hacer referéndums para la Constitución Europea, porque ven que les va mal. Acá mismo en Italia este último domingo el referéndum sobre la fecundación asistida: el 75 por ciento de las personas no fue a votar, que era lo que aconsejaba la Iglesia…

Acerca del voto del “no” a la Constitución Europea es todo muy curioso, porque esta Constitución fue hecha por masones (Valery D’Estaing, masón convicto y confeso, era el presidente de la Comisión encargada de la redacción), y  no quisieron colocar ni siquiera las raíces cristianas de Europa, cuando en Europa hay mucho más que raíces. Vean todo lo que están ganando por el turismo: el turista viene a visitar una catedral, a ver un convento… y se encuentra que es la civilización más grande que se ha dado en el mundo, que se ha dado porque se dio esa síntesis maravillosa del Evangelio con la cultura de aquí, y que dio grandes pintores, grandes teólogos, grandes escultores, grandes arquitectos. Ahí está la cultura europea, de la cual participamos nosotros también en América: Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, los demás países, incluso México, como dice Juan Pablo II también en ese libro que acabo de citar: «Los países de América se han convertido cada vez en mayor medida en verdaderos consocios de Europa»[3]. Ha sido el trasplante cultural  que llevaron los evangelizadores y los colonizadores a América, ha marcado una impronta por la cual se puede considerar esos pueblos como consocios de Europa. Y los que conocen Madrid saben que basta caminar por la Avenida de Mayo en Buenos Aires para que dé la impresión de estar muy cerquita de la Puerta del Sol (más ahora que hay una sucursal del ‘Museo del Jamón’…).

Ya nos hemos referido a cómo ese voto del “no” es la reacción de la Europa profunda, incluso inconscientemente. En primer lugar por la determinación de Europa como tal como continente y como cultura. Ya que no aparece claramente en la así llamada Constitución Europea ni los límites, ni la sustancia o índole: por ejemplo los habitantes de las Islas Malvinas pueden ser sus habitantes. Ni tampoco se fundaba en valores que pudieran servir para una integración. El mercado libre como regla suprema obligaría a los pueblos a renunciar a lo que han sabido conquistar durante siglos de esfuerzos y trabajos de tanta gente. Por eso es que, digo, los pueblos han sabido reaccionar.

También hemos hablado en otra oportunidad de aquella fundamental enseñanza de la Sagrada Escritura,  cuando dice San Pablo en 2 Tes 2,6: Ahora sabéis qué es lo que lo contiene (al Anticristo) hasta que llegue el tiempo de manifestarse, y sigue diciendo porque el misterio de iniquidad está ya en acción, y sólo falta que lo que lo contiene sea apartado del medio. Ya en el tiempo de San Pablo estaba en acción, y ahora también. Y lo dice con dos palabras: tó katéjon  y hó katéjõn, “lo que detiene” y “el que detiene”. ¿Qué es lo que lo detiene al anticristo? (en su manifestación plena, porque manifestaciones hay y habrá…) Lo que detiene la manifestación plena es Jesucristo, y por eso ¡qué importante es la predicación de Jesucristo! ¡Lo detiene Jesucristo!

 Por eso forma parte de los acontecimientos milenarios que nos toca vivir la muerte de Juan Pablo II, con el pueblo aplaudiendo y aclamando durante 13 minutos… y no gritando “gol”, sino gritando “santo”, “santo”, “santo”. Y esto ha sido reconocido de manera clarísima, y es un documento también, en el edicto de apertura del proceso de beatificación y canonización del Siervo de Dios Karol Wojtyla, por el Cardenal Camilo Ruini: «habiéndose manifestado de modo clamoroso, (la antigua aclamatio), en el momento de su muerte la fama de santidad, de que ya gozaba en vida».

 Y no dejan de ser también, de otra manera, estos hechos que hemos comentado una forma de aclamatio por la que los pueblos buscan de manifestarse y hay que tener presente aquello tan antiguo de vox populi, vox Dei.

 Y, adelanto, qué es lo que lo detiene: en este caso y por el momento es el pueblo, claro, el pueblo que de alguna manera es guiado por los pastores, por aquellos que han visto con claridad qué es lo que había que defender y qué cosas son aquellas por la cuales vale la pena arriesgar la vida e incluso morir si fuese necesario.

La situación por tanto en estos momentos es muy interesante, porque estamos viendo lo que decíamos al principio con esa frase de que el mal, por más que quiera hacer el mal, hay algo que no puede evitar, y que es servir al bien, y por eso es que Dios permite el mal, para sacar un gran bien. Incluso, para no perder el sentido del humor, como dice un periodista, Antonio Burgos, en un diario español de ayer[4]:

 «Mal anda de principios éticos una sociedad cuando la proclamación de lo obvio se convierte en un acto heroico. […] Al paso que vamos, para que reconozcan que a las 12 el sol está en su cenit habrá que convocar una manifestación».

«“—Pero en esa manifestación han de ser respetados los husos horarios de Canarias, usted. Podrán manifestarse para decir que el sol está arriba a las 12, pero que no haya ni una sola pancarta contra el meridiano de Canarias, ¿eh? No me sea usted canariófobo. El Fiscal Particular del Gobierno vigilará que no haya una sola pancarta que conculque los derechos de la minoría horaria canaria con actitudes vociferantes”».

«Terrible reloj que marca en España la hora de la dictadura de las minorías. Para que no se enfaden los canarios con su hora menos y apoyen al Gobierno, se ha atrasado una hora el reloj de toda España. Expaña, vamos.Lo que han hecho con todo ha sido eso. Y con el matrimonio en el Código Civil: atrasar el reloj una hora para todo el mundo, para que no se enfaden ni en Lesbos, ni en Sodoma, ni en Gomorra. En vez de padres y madres, “progenitores”. De esposo y esposa, nada: “cónyuges”. De chamba no han redactado ese artículo según la estética del amor oscuro de los versos de Rafael de León: “Porque sin ser tu marío,/ ni tu novio, ni tu amante,/ soy el que más te ha querío,/ ¡con eso tengo bastante!”».

«No, no tienen bastante. No se hartan. Las mayorías sociológicas han de inclinar su cerviz ante las minorías. Si al inclinarla se aprovecha para pisarles la cabeza, mejor. Manda la minoría homosexual del “lobby gay” sobre la España de madres y padres pasando el quinario para educar a sus hijos con estos planes de enseñanza y esta degradación ética generalizada, con las televisiones borrando las fronteras entre el bien y el mal. Manda la minoría de los separatistas y los asesinos (o de ambas cosas a la vez) sobre una mayoría constitucional que no quiere enfundar las armas del Estado de Derecho ante los criminales. Manda la minoría laicista y agnóstica que se burla de la religión poniéndose una corona de espinas sobre la mayoría sociológica católica, pero que no tiene co…ranes de cachondearse de la chilaba de Mahoma. Manda la coartada nacionalista del apoyo al Gobierno sobre millones de votos que no quieren que el resentimiento y el sectarismo sean la norma. Mandan los Juan Simón, los desenterradores de la memoria, sobre la concordia de reconciliación que trajo la Monarquía Parlamentaria».

«Y como quien manda, manda, y cartucho al cañón, para proclamar la obviedad de esas mayoritarias verdades hay que echarse a la calle. Cada sábado la gente se tiene que echar a la calle y hay un nuevo Dos de Mayo porque los mamelucos están otra vez en la Puerta del Sol: el presidente Rodríguez les ha puesto el caballo de Atila para acabar con España. Los presidentes del Gobierno antes defendían las habichuelas y la felicidad de la mayoría de los españoles y salían en la portada del “Time”. Ahora imponen la dictadura de las minorías y salen en la portada de “Zero”[5]. Zero Zapatero. Me imagino que Rodríguez saldrá en el BOE Gay como siempre: sonriendo. Sonriendo porque está encantado de haberse conocido como presidente del Gobierno a costa de 192 muertos. Saldrá con su sonrisa de sesión continua, con esos hombros que parece que se ha dejado la percha dentro de la chaqueta. Como en la cumbre de Bruselas: España rompiéndose, Europa hundiéndose, y él allí, de hombre-orquesta del Titanic, tocando el violón, sonriendo, feliz de estar entre los grandes, los que nos van a quitar la cartera. No entiendo cómo se puede gobernar así, contra las mayorías sociológicas, pero mucho menos comprendo de qué se ríe este tío, hombre-orquesta del Titanic, “glup, glup, glup…”».

 Tan sólo alrededor de 130 parejas gay se acogieron a la nueva ley, que dejó fuera de la ley a 8.900.000 de matrimonios españoles: «MADRID, miércoles, 20 julio 2005 (ZENIT.org).- A pesar de que “la familia aporta a la sociedad el nicho ecológico de las nuevas vidas y la mayor red de solidaridad existente: el parentesco de consaguinidad”, la creación por ley –el 30 de junio- del “matrimonio homosexual” envió “a una vida al margen del Derecho” a 8,9 millones de matrimonios para “dar entrada a las 10 mil parejas de homosexuales que existen en España”, denuncia Benigno Blanco, vicepresidente del “Foro Español de la Familia” (FEF) y abogado.

“Parte del mismo esfuerzo ideológico por suprimir del Derecho el verdadero matrimonio” fue la reforma del divorcio, aprobada la víspera»[6].

Lo que pasa que a estos tíos les interesa otra cosa, «como dice el Obispo de Segorbe-Castellón y Presidente de la Comisión Episcopal de la Familia, Mons. Juan Antonio Reig Pla, que aseguró que la campaña a favor de los “matrimonios” homosexuales “no es más que la punta del iceberg de un plan demoledor” que busca destruir la civilización cristiana a través de la manipulación del lenguaje, la imposición de la “ideología de género” y de un concepto anárquico de la libertad. El resultado: “la abolición de lo humano”, sentencia».

 En una entrevista concedida al diario La Razón, el Prelado advirtió que el proyecto de ley que equipara las uniones homosexuales al matrimonio, “seguido de una fuerte campaña mediática plagada de engaños, no es más que la punta del iceberg de un plan demoledor concebido desde el laicismo militante y el feminismo radical”.

“El objetivo último de todo este “‘tsunami’ legislativo –afirmó–, es destruir la civilización cristiana, ya que en ella se ha gestado la ‘antropología adecuada’. Para ello se manipula el lenguaje hablando de ‘nuevos derechos’ inexistentes, se cambia la identidad de la persona (unidad cuerpo-espíritu); se borran las huellas de la diferencia sexual (varón-mujer) encaminada a la reciprocidad mutua y el don de sí; se destruye la institución matrimonial (comunidad de vida y amor orientada a la procreación) y se dinamita la familia con las consiguientes relaciones familiares: paternidad-maternidad-filiación”.

 Pensamiento marxista y neoliberal radical

Sobre el trasfondo ideológico de este plan, el Obispo indicó que “este programa completo, junto a la distorsión de la sexualidad como dimensión de la persona, pretende la imposición de la ‘ideología de género’ en la que se concitan reductos del pensamiento marxista y neoliberal radical para conseguir una sociedad ‘sin clases’ de sexos”.

 Sobre el particular, Mons. Reig Pla, señaló que se trata del “concepto marxista de sociedad sin clases, en este caso sin sexos definidos. Ya no hay tan sólo varón y mujer, sino varios sexos: heterosexual, bisexual, homosexual. Se trata de un concepto anárquico de libertad que quieren imponer. Para ello se toma como pretexto la inclinación homosexual y la exaltación de la mujer destruyendo el estorbo de la naturaleza humana”.

 En el diálogo con el diario español, el Prelado adelantó que “el nuevo frente de batalla será la educación y la cultura. Los llamados cursos de educación sexual serán el camino para continuar la disolución de la persona, el cambio de conceptos en anatomía y la nobilización de cualquier tipo de parafilia sexual que será exaltada por las expresiones artísticas y culturales. En este proyecto, la naturaleza de la persona quedará engullida por la llamada ‘nueva cultura’ que, desde el relativismo y el nihilismo, nos encamina hacia la abolición de lo humano” denunció el Obispo, considerando, por ello, “importante la manifestación del 18 de junio”.

 Políticos esquizofrénicos

 Al abordar el tema de los aspectos políticos de la fe, Mons. Reig Pla apuntó que “ningún político católico con la conciencia rectamente formada –y es importante insistir en este punto, ‘rectamente formada’– puede votar a favor de esta ley inicua.  

Si no, se produce una esquizofrenia, al distinguir entre vida privada y lealtad al partido. Esto no puede ser así, porque la conciencia es unitaria”[7].

Que sepamos que estamos viviendo momentos únicos, para saber también que el testimonio que tenemos que dar es realmente muy importante.


[1] Fausto, I, escena 3.

[2] Juan Pablo II,  Memoria e Identidad, Madrid 2005, p. 29.

[3] Op. Cit. p. 131.

[4] Antonio Burgos, Diario ABC, 19-06-2005, p. 7.

[5] Revista gay [N. nuestra].

[6] ZS05072020.

[7] Fuente ACI Prensa