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Signos de los tiempos XII

¿De dónde vienen los progres españoles?

Un vistazo a su árbol genealógico [1]

 Detrás de la política seguida por el Gobierno de Zapatero en estos dos años hay varias cosas. Una, la personalidad del protagonista, que por ahora parece un misterio y dentro de algunos años causará asombro, como lo causa la de otros caudillos de un pasado no muy lejano. La otra, la que nos interesa hoy, es la actitud y la mentalidad que sostienen esa acción política, la de los progresistas. [Hay una analogía muy grande con algunos partidos de Hispanoamérica].

         1. El socialismo

En primer lugar, y dado que el partido del caudillo no ha cambiado de nombre, está el socialismo. El socialismo de Zapatero tiene poco que ver con el imaginado por los fundadores en el siglo XIX español, y tampoco con lo que siguió luego. Nunca hubo gran dosis de utopía en aquellos socialistas, más sindicalistas que otra cosa. Eso sí, en lo que no creyeron nunca fue en la democracia.

 Al principio desconfiaban de ella. Luego la concibieron como un instrumento al servicio de los intereses que decían representar. La democracia y el parlamentarismo nunca fueron para ellos valores absolutos, como no lo es la libertad que permiten. Eso es lo que el socialismo español de hoy conserva de sus antecesores.

 on el tiempo perdió cualquier radicalismo y cualquier referencia al marxismo, siempre muy imprecisa. Conserva la idea de que las instituciones democráticas valen si sirven para la buena causa. La suya.

           2. El progresismo

 Una segunda característica de la mentalidad de quienes ocupan el Gobierno hoy en España es el «progresismo», en el sentido histórico del término; una desviación específica del liberalismo decimonónico hacia una forma de radicalismo ocurrida en torno a los años de transición revolucionaria entre la muerte de Fernando VII y la subida al trono de su hija, Isabel II.

 Aquellos progresistas fracasaron en su intento de establecer un régimen propio, y a partir de ahí se atascan en una compulsión de repetición del pasado que deben reactualizar una y otra vez para hacer, por fin, la revolución que, según ellos, no les dejaron hacer.

           a- Negarse a prestar atención a lo que consideran de derechas

 Aquí encontramos el origen de otros dos componentes del socialismo actual: negar cualquier interés a todo lo que el progresismo considera de derechas, condenado como absolutamente reaccionario y deleznable;

 b- Negar el tiempo transcurrido

 y, sobre eso, un elemento alucinatorio que niega el tiempo transcurrido y la realidad que ha ido surgiendo con él.

 En el siglo XIX tenían que volver a hacer la revolución liberal, que estaba hecha, aunque no como ellos hubieran querido. Ahora tienen que ganar la guerra que perdieron y restaurar la República, en cuyo desastroso transcurso y final, ni que decir tiene, no tuvieron nunca la menor responsabilidad. El progresismo español es el adanismo perpetuo. [Por eso andan más tristes que Adán en el día de la madre, aunque con un rictus permanente de sonrisa de plástico].

           3. Crítica radical a España

 La tercera característica es la crítica radical contra España. El liberalismo y el conservadurismo español del siglo XIX son patriotas naturalmente, porque construyen la Nación y el Estado modernos. Los progresistas, desmarcados de ese proyecto, problematizan la idea de España, a la que identifican con uno de los llamados «obstáculos tradicionales» que les impiden llegar al poder y hacer de una vez «su» revolución. Así que empezarán a explorar el terreno del republicanismo (que aquí quiere decir, sobre todo, antiespañolismo) y el federalismo.

 Identificarán la idea de España con un proyecto retrógrado, oscurantista, y acabarán pactando con los nacionalistas. Éstos los traicionan siempre, aunque no por eso los progresistas dejen de considerarlos sus aliados. La misma pulsión antiespañola, la misma vivencia antinatural y acomplejada de su propia nacionalidad tienen hoy los socialistas españoles encabezados por Rodríguez Zapatero.

 4. El krausismo [2]

 Queda una última veta. Al principio fue una corriente muy minoritaria del progresismo primero. Derivó en una secta que incorporó elementos a medias místicos, a medias panteístas (es decir, que diluyen a Dios en la totalidad del mundo) procedentes de una oscura rama del idealismo alemán. Se llamó krausismo [3] , por el nombre del personaje, bastante delirante, que lo inspiró, y combina elementos sumamente originales. Muchos de sus adeptos habían sido sacerdotes, y de hecho querían fundar una Iglesia nacional española. Pretendían hacer aquí la reforma que no se hizo… ¡en el siglo XVI!

 Los principios, en cambio, eran nuevos. Era una espiritualidad transida de laicismo militante. No sólo no reconocían valor a la autoridad de la Iglesia Católica. Tampoco aceptan el valor normativo de la moral cristiana y borran la diferencia entre el Bien y el Mal. Sustituyeron la moral y la ética por una estética ascética, al mismo tiempo moderna, en su tiempo, y postmoderna, en lo que tiene de completo relativismo. Por eso ha triunfado ahora, ya derrotado el ideario socialista.

 Esta aspiración de armonía universal que quiso representar el krausismo permite entender muchas cosas: la amoralidad –es decir, la corrupción– en la gestión de la Institución Libre de Enseñanza, que fue la puesta en práctica de la escuela en la segunda mitad del siglo XIX, y ahora la exaltación de la palabra «paz», la clave de la política de Rodríguez Zapatero, desde la deserción en Irak hasta la rendición y el desmantelamiento de España y de la Constitución de 1978 en el altar del terrorismo nacionalista.

 ¡Ah, la paz, la armonía de los mundos, el diálogo de civilizaciones! Pero no hay que tomárselo a broma, ni desviar la mirada. Es un paso más en una demolición sistemática, dispuesta a llegar hasta el final.

 5. Es lo que está pasando en España.

 Son muy interesantes al respecto las declaraciones formuladas por S.E.R. el Señor Cardenal Antonio Canizares, Arzobispo de Toledo, primado de España, vice-presidente de la Conferencia Episcopal Española[4] : «En los últimos años hemos asistido a una escalada contra la familia por parte del Gobierno socialista ayudado por otras fuerzas políticas y otros poderes o grupos como el del imperio gay o el de ciertas ideologías y organizaciones feministas, que intentan imponer la ideología de género. España ocupa uno de los últimos lugares de Europa en política familiar, el de menos ayuda a la familia; es, junto con Grecia, la nación europea con más bajo índice de natalidad, donde la población juvenil más a decrecido en los últimos 25 años y donde más se ha incrementado el número de abortos en los últimos diez años; ocupa el tercer lugar en el crecimiento de rupturas matrimoniales en la última década. Y, simultáneamente, ha ido más lejos que ningún otro país de la Comunidad Europea en materia legislativa contraria y dañosa para la familia.

Una vez más hay que decir que el futuro de la familia depende de que ésta pueda vivir su verdad, de que supere el relativismo al que se le empuja. La familia podrá ser educadora y transmisora de la fe si supera ese relativismo. Si no lo supera, continuará en una crisis, crisis de fe que arraiga en una crisis de verdad, porque no tiene fundamento principal para apoyarse y vivir con toda esperanza lo que es».

[…]

«Aquí en España, en efecto, lo más grave que ha acontecido en la legislación es que en el Código Civil desaparece la realidad del matrimonio, siendo sustituida simplemente por la unión de personas; y que las condiciones de “padre” y “madre” son sustituidas por la pura denominación de “cónyuge”. En razón de lo cual el matrimonio no existe. En ninguna parte del mundo se habla de matrimonio de personas del mismo sexo; matrimonio propiamente sólo es entre hombre y mujer. En el Código Civil, esto es un hecho enorme, ha desaparecido de hecho la expresión jurídica natural de matrimonio entre un hombre y una mujer».

[…]

«Con lo cual vamos a un régimen totalitario y a una democracia falsa. Y también a una libertad aparentemente omnímoda, pero que es la libertad del pez dentro de la pecera. El pez siempre esta moviéndose, parece que tiene mucha libertad, pero no tiene ninguna».

[]

Y un laico también dio su testimonio: «Carlos Díaz, profesor de Filosofía y Fenomenología de la Religión en la Universidad Complutense de Madrid, habló para Análisis Digital (boletín electrónico de la Arquidiócesis de Madrid) sobre la polémica de la retirada de símbolos religiosos en los lugares públicos. “Lo que el gobierno pretende -expresó- es exterminar la religión católica porque tiene cristofobia”. Este gobierno socialista tiene un laicismo muy fuerte. Quizás estemos en el país más laicista del mundo y eso se nota más porque estuvimos en el país oficialmente más católico del mundo y este balanceamiento en el sentido contrario es aparentemente grave, pero lo realmente grave es la ignorancia de todo lo que tiene que ver con lo religioso y la falta de gusto respecto a ello» [5] .

 Ya había advertido Mons. Jesús García Burillo [6] , obispo de Ávila, quien denunció un proyecto del Gobierno español para abolir la identidad cristiana en que se fundamenta la historia de España. Dijo que una comisión de Diputados estudia iniciativas y propuestas para imponer el laicismo en la vida española. Recordó cómo hace 30 años las instituciones españolas y los partidos políticos se unieron en una tarea formidable: la transición de un régimen dictatorial a uno democrático. Entonces los españoles fueron la admiración del mundo por su sabiduría en la integración nacional. Hoy, estamos a punto de precipitarnos de nuevo en un valle oscuro de la historia.

 6. …y en casi toda Europa…

A decir verdad toda Europa es territorio hostil para el cristianismo: «Calificar a la enseñanza religiosa de “abuso infantil” en Inglaterra, debatir una ley en Bélgica para encarcelar a quienes afirmen la existencia de “un poder imaginario o hechos inexistentes”, acusar en Italia a un sacerdote de “abuso de la credibilidad popular” y exigirle demostrar la existencia de Jesús, o intentar limitar el derecho a la “objeción religiosa de conciencia” en la Unión Europea, revelan que “Europa se está convirtiendo en territorio hostil para el cristianismo”» [7] .

 El semanario italiano Alba [8] reveló que en los últimos 30 años se construyeron en Francia más mezquitas que templos católicos en el último siglo. El país galo cuenta ya con 2.150 mezquitas, casi la misma cantidad que en Estambul, y en los últimos cinco años la Iglesia Católica construyó unas 20 iglesias, la mayoría en París, Pontoise y Niza, y 60 iglesias fueron cerradas al culto. La población musulmana en la Unión Europea crece un millón de personas al año, por lo que, a ese ritmo, la Unión Europea tendrá 40 millones de musulmanes en 2025 [Si es que no entra en la UE Turquía, porque sino hay que sumar 70.000.000 de musulmanes más].

 Y no falta el sublime ridículo de pedir derechos humanos para los monos: «El arzobispo de Pamplona y Tudela, monseñor Fernando Sebastián, se refirió al proyecto “Gran Simio” presentado por el bloque Socialista de Diputados en el que se pide la “inclusión de los monos en la categoría de personas”“Me da risa -declaró el prelado navarro-. Por hacer el progre se puede hacer el ridículo”, y criticó que el Gobierno no conceda derechos de persona a los niños sin nacer y se los vaya a conceder a los monos» [9] .


[1] Así titulaba José María Marco un artículo aparecido en Libertaddigital.com. Nosotros lo tomamos deCristiandad, Año LXIII, n. 901-902, Ago-set 2006, 41-42. Corchetes y notas nuestros.

[2] El krausismo es uno de los fenómenos más curiosos de la historia filosófica de los países de lengua española. Mientras la memoria del filósofo idealista Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832) se apagaba en Alemania, mediado ya el siglo XIX, y gracias sobre todo a Julián Sanz del Río, el panteismo krausista arraigó en España, transformándose pronto el krausismo hispánico en una referencia ideológica inevitable, cuyos rescoldos no se han apagado del todo en los umbrales del nuevo milenio, e incluso algunos creen posible reavivar. (Cfr. www.filosofia.org). «Nacido en Eisenberg, realizó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Jena, donde se impregnó de la filosofía de Immanuel Kant a través del criticismo de Johann Gottlieb Fichte y Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling, y de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (que a la sazón profesaban en dicho centro)». (Cfr. Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation).

[3] Recuerdo que en un discurso antes las Cámaras de inicio del año legislativo, el expresidente argentino Raúl Alfonsín se reconoció discípulo de Krause.

[4] Zenit, 25 y 26 de julio de 2006, ZS06072620.

[5] Madrid, (España), 14 Jun. 06, AICA.

[6] Madrid, OCT 26, AICA.

[7] Madrid, FEB 7 2005, AICA.

[8] Roma (Italia), 16 Nov. 06, AICA.

[9] Pamplona, 27 Abr. 06, AICA.  Al respecto, leer Francesco Agnoli-Alessandro Pertosa, Contro Darwin e i suoi seguaci (Nietzsche, Zapatero, Singer, Veronesi…), (Fede & Cultura; Verona 2006) 55-59.